La lluvia que reaviva un 'incendio'
lugo | cádiz · la polémica y las imágenes
Dos partes El Cádiz comienza con un diluvio caído del cielo y acaba con otro procedente de un silbato estridente
Qué tarde la de aquel día. El Ángel Carro fue escenario de imágenes más propias del invierno y de un duelo de rivalidad provincial. A las puertas del verano, en la capital gallega cayó un diluvio que hizo peligrar la celebración del encuentro; y en la segunda parte la actuación del colegiado fue otro chaparrón que dio paso a múltiples expulsiones en el banquillo cadista y descalificaciones hacia la labor del trío arbitral. Nunca antes el agua reavivó un incendio que comenzó la semana pasada con las acusaciones de llamadas a pupilos de Setién.
La tormenta perfecta... para el Lugo, que al final salió ganando con la lluvia y las decisiones del colegiado. Una tormenta procedente de un borrasca atlántica, que no entiende de estación veraniega, descargó toda su ira sobre el Ángel Carro e inundó el terreno de juego. Todo ello en las horas previas a la celebración del choque, que estuvo a punto de no disputarse. El trío arbitral y los delegados comprobaron el estado del césped, sobre el que se trabajó a destajo con pinchazos y otros medios para que drenara la mayor cantidad posible de agua. Y se decidió que rodara la pelota, que más bien rodó cuando el césped estuvo más seco en la segunda parte. Lo anterior fue jugar sobre una piscina.
Precisamente a una piscina, pero sin agua, se lanzó el colegiado y sus asistentes cuando comenzaron a acumular errores de bulto en las jugadas de los goles y en un penalti sobre Ikechi. La situación provocó que explotara el banquillo cadista y que fueran expulsados Jose González, Alfonso Cortijo y Pepe Losada. Según refleja en el acta Hernández Cifuentes, "en el minuto 68 Jose González fue expulsado por el siguiente motivo: protestar, de forma ostensible, una decisión mía diciéndome 'nos estáis robando, sois unos sinvergüenzas', a la vez que empujaba al árbitro asistente". "Una vez expulsado se negó a abandonar el terreno de juego, accediendo al mismo varios metros, encarándose hacia mi persona y diciéndome 'me estás robando'. Una vez finalizado el partido se situó junto al vestuario arbitral gritándonos al pasar, 'sois unos sinvergüenzas, vaya robo' ". El trencilla también identificó en el túnel a Paco Baena, al que acusa de protestarle. Hernández Cifuentes tardó una hora y media en entregar el acta a la expedición cadista.
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