Los malos datos del Atlético que son una esperanza para el Cádiz CF
El cuadro rojiblanco no termina de arrancar esta temporada
Madrid/El próximo rival del Cádiz CF, el Atlético de Madrid, es un grande en horas bajas. Llegará al antiguo Carranza cuatro días después de un duro varapalo en la 'Champions', aunque seguirá siendo favorito ante un conjunto amarillo que no termina de levantar cabeza.
"La Liga de Campeones no te perdona, te deja pasar si te lo mereces y en el partido que nos queda buscaremos hacer todos los méritos para merecernos seguir en la Champions", expresó Diego Simeone, el entrenador del Atlético de Madrid, al término del batacazo con el Milan; una derrota por 0-1 que sitúa al conjunto rojiblanco en un laberinto con una complejidad inesperada, ya no sólo pendiente de su victoria en la última jornada en Oporto, sino también de ganar por más de un gol que el equipo italiano... si vence al Liverpool.
Porque si el grupo de Simeone gana y el Milan no lo hace también será suficiente para sobrevivir en el torneo. No hay más combinaciones que esas para el Atlético a estas alturas de la máxima competición europea, el torneo que más desvelos provoca en el técnico y sus futbolistas.
Antes por la deuda histórica que sentía y el anhelo que promovían las dos finales perdidas en 2013-14 y 2015-16 a última hora, una en la prórroga y otra en los penaltis, frente al Real Madrid, pero ahora tan solo por ir más allá de una fase de grupos que supone un suplicio desde 2019-20: sólo ha ganado seis de sus 17 últimos compromisos en esta ronda, con cinco empates y seis derrotas, y desde entonces, siempre como segundo de grupo, acudió a la última cita con el pase todavía en juego.
Como ahora. Nada extraño en los últimos tiempos, lejos de lo que fue en esta competición durante las cuatro primeras participaciones a las órdenes de Diego Simeone, entre 2013-14 y 2016-17, cuando jugó esas dos finales, alcanzó unas semifinales (2016-17) y fue eliminado una vez en cuartos de final, pero en los instantes finales por la mínima (1-0) y en el Santiago Bernabéu; cuando era primero de grupo sin excepción -incluido en 2016-17 cuando compartió cuarteto con el Bayern Múnich- y cuando sus triunfos eran mucho más visibles que sus derrotas: en ese periodo, el Atlético disputó 48 duelos, de los que venció 28 (un 58 por ciento), empató once y perdió nueve.
"Cuando nos toca jugar en Champions no lo pasamos bien", asume ahora José María Giménez del presente del equipo rojiblanco en este torneo, en el que, desde 2017-18 en adelante, apenas ha ganado un 36 por ciento de sus encuentros, trece de 36, con diez empates y trece derrotas, obligado a jugarse el pase en la cita final tanto en 2017-18, cuando fue eliminado, como en 2019-20 y 2020-21, con éxitos en estas dos últimas; una en casa con un triunfo por 2-0 contra el Lokomotiv en el Wanda Metropolitano y una fuera con una victoria por 0-2 en Salzburgo.
Triunfos como visitante
En ambas dependía de sí mismo, como ahora, aunque en este caso con la condición extendida de ganar por un gol más que el Milan, que añadió más complejidad a una situación que ya bordeaba prácticamente el límite de antemano. La agravó el cabezazo ganador de Messias Júnior en un centro lateral, solo, con un remate plácido, potente y certero ante Jan Oblak, que ha recibido siete goles en esta edición de la Liga de Campeones, seis de ellos en los tres encuentros más recientes.
O gana el Atlético o queda eliminado. Ya no hay otro cálculo. Si el equipo italiano, a la vez, vence al Liverpool en San Siro, con la diferencia particular igualada entre ambos, la resolución de la clasificación dependería de la diferencia goleadora general. Por eso, tal y como está hoy la situación en ese sentido (Milan con -2 y el Atlético con -3), el equipo de Diego Simeone necesitaría ganar por más de un tanto de lo que lo haga el bloque italiano, en el caso de hacerlo, sobre el Liverpool, pero con eso ya sería suficiente para alcanzar los octavos de final, según los siguientes criterios de desempate de las regulaciones de la actual edición de la Liga de Campeones.
Porque, a igualdad en diferencia de puntos y goles y tantos marcados en sus enfrentamientos entre sí (todo equilibrado por el 1-2 en San Siro y por el 0-1 en el Wanda Metropolitano) y también a nivel general, las siguientes normas, por ese orden, para establecer quién queda por delante en la tabla son el mayor número de goles marcados como visitante (tres tiene el Milan y dos suma el Atlético, a falta del duelo en Oporto, en el que como poco igualaría con el equipo italiano en el caso de ganar); la mayor cantidad de victorias en todos los partidos del grupo (una tienen Milan y Atlético hasta ahora, que serían dos en este supuesto de que ambos venzan) y, ahí está la diferencia, el mayor volumen de victorias a domicilio: de una ya no puede pasar el Milan y una tiene el Atlético, que serían dos si triunfa en Oporto.
No haría falta recurrir a los dos últimos criterios de desempate. Ni al disciplinario (también favorece por ahora al Atlético, con 10 amarillas y dos rojas, por las 18 amonestaciones y 1 expulsión del Milan) ni al coeficiente. Pero todo eso sólo será necesario si el Atlético gana en Oporto por más de un gol de lo que lo haga el Milan contra el Liverpool.
La otra vía de clasificación, menos enredada, es su triunfo en Do Dragao acompañado de un empate o una derrota del equipo italiano frente al líder incontestable del cuarteto: el conjunto dirigido por Jurgen Klopp, que ha hecho pleno hasta ahora en el grupo B, quince de quince puntos, y que superó por 3-2 al Milan en Anfield.
Sólo seis victorias
"Nos queda un partido, hay vida y habrá que darlo todo hasta el final. Confío en el equipo. Podemos ganar en cualquier estadio y habrá que demostrarlo. Tenemos que confiar en nosotros mismos. Tenemos talento, trabajo, habrá que ir con muchas ganas y a ganar", explicó Antoine Griezmann tras el 0-1 en 'Movistar'. "Tenemos que ganar y jugar mucho mejor. Tenemos que dar nuestra mejor versión si queremos pasar a octavos", apuntó Jan Oblak tras el choque en el Wanda Metropolitano, que evidenció la realidad del Atlético en esta temporada.
En contraste con el pasado curso a estas mismas alturas, cuando era un ciclón en la Liga que decaía en la Champions, el equipo madrileño no funciona ni en Europa ni en la Liga, por más que se sostenga a trompicones en la pugna por el campeonato, gracias al agónico triunfo del pasado sábado contra Osasuna con un gol de Felipe Monteiro de cabeza en el mismo minuto, el 87, en el que, cuatro días más tarde, Messias Júnior desbordó los cálculos que ya tenía el Atlético de que podía valer un empate para avanzar a octavos en Oporto.
"Estoy optimista más que nunca, porque estamos con vida. Cuando uno tiene vida es importante. Nosotros en esa situación somos complicados", enfatizó Simeone, cuyo equipo sólo ha ganado seis de sus últimos dieciséis encuentros oficiales en esta temporada, nada más dos por más de un gol de diferencia (2-0 al Barcelona y 3-0 al Real Betis, ambos en el Wanda Metropolitano), entre seis empates y cuatro derrotas.
También ha vencido nada más dos de sus ocho partidos más recientes entre todas las competiciones y no ha logrado la victoria por más de un gol lejos de su estadio en ninguno de sus últimos 16 desplazamientos, desde el 0-2 al Villarreal del pasado 8 de febrero.
"Ahora lo que toca es pasar página. Tenemos un partido en Cádiz, sabemos cómo va esto y a pensar en Cádiz, que es lo que viene", enfocó Giménez. El Atlético, antes de jugárselo todo el 7 de diciembre en Do Dragao, visita al conjunto andaluz el próximo domingo, con la duda aún de Joao Félix por un golpe muscular (ha sido baja ante el Osasuna y el Milan), y recibe en su estadio al Mallorca. Ganar, ganar y volver a ganar. No le queda otra.
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