Lo mejor y lo peor del Cádiz CF en el estreno de Gaizka Garitano
El nuevo técnico debuta con tres puntos importantes ante el Albacete
El capitán del Cádiz CF lanza un mensaje muy directo a la afición
Cádiz/El Cádiz CF tomó oxígeno con una victoria (1-0) contra el Albacete el pasado sábado 14 de diciembre que necesitaba con urgencia tras haber caído a la zona de descenso el fin de semana anterior después de la dolorosa derrota (2-1) en el campo del Elche que aceleró la destitución de Paco López y el posterior aterrizaje de emergencia de Gaizka Garitano.
El nuevo entrenador se estrenó en el banquilo cadista con un triunfo muy sufrido en el estadio Nuevo Mirandilla que llegó en la recta final del encuentro gracias a una acción individual de Chris Ramos. El delantero transformó un penalti que habían cometido sobre él al ser derribado dentro del área cuando se había escapado de un oponente.
El Cádiz CF pasó de empatar a ganar casi sobre la bocina, con la considerable diferencia que hay entre sumar uno y tres puntos. La victoria obedeció más a la insistencia que a la brillantez, Sin resplandor pero con la mínima eficacia para disfrutar de un feliz desenlace que aporta un poco de tranquilidad.
El técnico empezó a dejar su sello en el partido de su debut en el banquillo cadista. Le había dado tiempo a dirigir cinco entrenamientos (de lunes a viernes). Poco tiempo para inculcar sus conceptos a la plantilla pero suficiente para que se notase algo sobre el césped.
Se notó por ejemplo que el equipo ya no elabora tanto el juego para intentar arribar al área contraria. No amasó tanto la pelota y, sin renunciar del todo a ella, apostó por un fútbol más directo.
Sobre el tapete se plasmó además la insistencia de Garitano en un despliegue con orden y con ello minimizar la concesión de espacios al adversario. La consigna no ofrecía dudas: el equipo tenía que ser un bloque compacto y de hecho dio muestras de una mayor consistencia que deberá confirmar en los próximos envites. Los jugadores mantuvieron la posición en lineas generales y dieron margen para ser sorprendidos por el queso mecánico.
El cuadro gaditano fue capaz de extender la concentración a lo largo de todo el partido. Algún pequeño despiste y poco más. Nervios en la prolongación a la hora de defender el valioso 1-0. Es cierto que el Albacete avisó con varios disparos, pero a la hora de la verdad David Gil no tuvo que hacer intervenciones comprometidas.
El Cádiz CF se desempeñó como una escuadra más rocosa pero tuvo serias dificultades para desenvolverse en las labores de ataque. No terminó de circular la pelota con fluidez. Le costó llegar portería y cuando lo hizo careció de puntería. Desperdició dos ocasiones muy claras hasta que la final vio la luz con el tanto de Chris Ramos con el lanzamiento certero desde los once metros.
Garitano apostó de inicio por un delantero puro y sólo en los últimos instantes, con el marcador aún intacto, se inclinó por dos arietes en busca del gol.
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