La mentira del responsable del VAR que afecta al Cádiz CF
Clos Gómez dice que "cuando el VAR español llama es porque hay un error claro y manifiesto", algo que no se cumplió en el partido contra el Mallorca de la segunda vuelta y estuvo a punto de costar el descenso
Madrid/Cádiz/El Cádiz CF se vio afectado por la intervención del VAR duranta la campaña recién finalizada, perjudicado a lo largo de todo el curso aunque en el último partido, ante el Alavés, sí hizo justicia al impedir un penalti inventado por el colegiado Sánchez Martínez que hubiese podido mandar a los amarillos a Segunda. Habría sido el mayor escándalo en mucho tiempo.
Si el VAR no hubiese intervino de manera errónea en el partido entre el Mallorca y el Cadiz CF, seguramente el conjunto amarillo no habría sufrido tanto para salvar la categoría. Aquel duelo en Son Moix estuvo a punto de arruinar al Cádiz CF, de ir ganando ganando 1-0 pasó a perder fruto de dos penaltis inexistentes, el segundo tras avisar el VAR (Alejandro Hernández Hernández) al árbitro de campo Carlos del Cerro Grande. Un choque de Ledesma con un rival cuando salió a despejar de puños acabó, para sorpresa general, con una pena máxima con un error de bulto nacido en el VAR y continuado por el colegiado tras revisar el monitor.
El VAR intervino en la recién concluida liga española de Primera División en 143 ocasiones, 138 de las cuales fueron correctas y solo cinco (una cada 76 partidos) indebidas, aunque también hubo 19 intervenciones no realizadas en las que debió entrar.
Los datos fueron expuestos el martes 24 de mayo por Carlos Clos Gómez, director del Proyecto VAR, en una conferencia de prensa de balance de la temporada 2021/22, en la que también intervinieron Luis Medina Cantalejo, presidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), y Alberto Undiano Mallenco, miembro de la Comisión Técnica del CTA. Dieron datos pero sin entrar en detalles de dónde y cuándo sucedieron los errores.
Según las estadísticas presentadas por Clos Gómez, en los 380 partidos de Primera División las 143 revisiones del VAR suponen un descenso frente a las 155 de la temporada pasada.
De ellas, 63 afectaron a goles (52 en la liga anterior), 64 a penaltis (71), 13 a tarjetas rojas (27), 2 a confusión de identificación de jugadores (3) y una a la repetición de un penalti (2).
De esas 143 revisiones, que suponen una cada 2,66 partidos (cada 2,45 la anterior liga), 95 fueron a pie de campo (104) y 48 factuales (51).
Los árbitros acudieron al monitor 95 veces y en 89 de ellas, un 94 %, siguieron la recomendación del VAR (93 % la campaña previa) y solo en seis no lo hicieron.
Este dato demuestra, según Clos Gómez, que "cuando el VAR español llama es porque hay un error claro y manifiesto". Una frase que no se corresponde con la realidad porque el choque de Ledesma con un contrario no fue un error claro y manifiesto. El error fue el aviso desde el VAR y la posterior señalización del penalti.
No se sabe si uno de los errores a los que se refirió Clos Gómez se dio en ese partido en Mallorca.
De los 951 goles marcados en la máxima categoría, 112 contaron con la intervención del VAR y de ellos 65 fueron penaltis. Aproximadamente un 12 % de los tantos de la liga tuvieron incidencia VAR.
En cuanto al tiempo de intervención, aunque mejoró la de tipo factual, de 86 segundos en la liga anterior a 76 en la recién concluida, aumentó de 125 a 132 segundos de media cuando el árbitro acudió al monitor para la revisión.
Undiano Mallenco aportó datos sobre el tiempo medio de descuento en los partidos, que aumentó a 7:42 frente a 5:49 la pasada campaña. Un crecimiento del 32 % que, dijo, "es una burrada en sentido positivo". Por juego brusco grave las tarjetas rojas subieron de 18 a 26, un 44 % más.
Los incidentes en el área con contacto físico bajaron de 94 a 90. Undiano Mallenco incidió en que la tendencia es que desaparezcan "los penaltitos" porque se requiere "que los penaltis sean penaltis". Penaltitos fueron, por ejemplo, el primero que pitaron al Cádiz CF en Mallorca o en el partido contra el Betis de la segunda vuelta.
Respecto a las tarjetas amarillas por protestas, aumentaron de 186 a 250, un 34 % más. "Es un aumento muy, muy grande y es un dato que no es bueno para el fútbol", dijo el ex árbitro. "Las protestas las tenemos que desterrar. Cuando los árbitros sacan una amarilla es porque ya han aguantado mucho"
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