Mucho más que un golazo: la obra de arte de Bongonda en el Cádiz CF - Valladolid que puede valer la salvación
El hermoso tanto del atacante alteró el derrotero que había tomado el partido
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Cádiz/Todos los focos del partido entre el Cádiz CF y el Real Valladolid disputado el pasado viernes 19 de mayo en el estadio Nuevo Mirandilla apuntan al golazo que marcó Theo Bongonda mediada la segunda parte.
Más allá del penalti que desperdició Rubén Alcaraz en el primer tiempo, la clave del encuentro fue el tanto que fabricó el belga-congoleño. Un obra de arte digna de museo en la que combinó calidad, rapidez, habilidad... Todo en cuestión de segundos. Controló el balón en el costado derecho del ataque cadista y desde allí trazó una diagonal hacia el centro con una perfecta conducción a una velocidad de vértigo.
El extremo llegó a mil por hora a la frontal del área justo después de que Iza Carcelén se cruzase para molestar a un rival y permitir a su compañero tener el espacio suficiente para armar un disparo imponente. Bongonda soltó un zurdazo con el que convirtió el esférico en un misil imparable que chocó con violencia contra el larguero para colarse en la portería y elevar el 1-0 al marcador.
Se desató la euforia entre los jugadores, en el banquillo y en la grada. Una auténtica locura. Menudo golazo, inolvidable y directo a las páginas de oro de la entidad cadista.
Y es que más allá de la indudable belleza de la acción, puede ser considerado como el gol de la permanencia (si es que el Cádiz CF termina de amarrar el objetivo) por el valor que tuvo en se momento concreto. Fue mucho más que un golazo, fue el que abrió la cuenta en un duelo que transitaba por un derrotero incierto hasta ese momento.
Es más, antes del pepinazo del atacante, el Valladolid se había hecho con el mando de la situación desde el arranque del segundo periodo. Los locales se estaban viniendo abajo, metidos atrás en su parcela ante un adversario que inquietaba con frecuentes llegadas al área aunque sin pegada.
El partido se estaba escorando a favor del cuadro pucelano hasta que Bongonda inventó una jugada majestuosa con la que de golpe alteró la tendencia. Golazo, 1-0 y giro radical de la situación. El rival acusó el golpe y el encuentro cambión de dirección. El propio Bongonda hizo el segundo al transformar un penalti y a partir de ahí fue un camino de rosas para los amarillos.
El primer tanto del 10 del Cádiz CF fue clave no sólo porque mostró la senda del triunfo sino porque quizás pudo evitar la derrota y futuras complicaciones de un equipo que que no lo tenía nafa claro hasta el cañonazo de la salvación.
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