"Es una gran oportunidad para que vengan los mejores equipos femeninos al Carranza"

Cádiz/Óscar Torres, concejal socialista en funciones y presidente fundacional del Cádiz Fútbol Sala Femenino, entidad que el pasado año celebró sus bodas de plata, mostraba este jueves su satisfacción por el giro que se le dará este próximo verano al Trofeo Ramón de Carranza, que en su 65ª edición innovará, como tantas veces sucedió con el Trofeo de los trofeos, al confeccionarse un cartel compuesto íntegramente por equipos femeninos.

Voz más que autorizada por partida doble para opinar sobre el asunto que este miércoles convulsionó al cadismo y propició un auténtico revuelo en el entorno del club cadista, tanto por su vinculación con la vida política local como, sobre todo, por su faceta como rector deportivo de un club señero, Torres valora de forma positiva la apuesta que se hará este año con el torneo gaditano. Lógico. Defensor del deporte femenino desde su juventud, no puede sino congratularse por la idea, sin entrar siquiera a hablar del origen de la misma. En realidad no es ni de lejos lo más importante.

Sin duda, para el concejal la noticia es que el impulso del fútbol femenino, definitivo desde hace un tiempo por el extraordinario apoyo de grandes patrocinadores, llega a la Tacita de Plata. Asume con cierta tristeza que difícilmente algo así ocurra alguna vez con el fútbol sala, su deporte, pero pone en valor lo que supondrá que un trofeo estival del prestigio del Ramón de Carranza acapare la atención mediática gracias a la participación de equipos femeninos.

Así y todo, no oculta que le apena la posibilidad de que la propuesta se produzca quizás más por las circunstancias, la enorme complicación que se estaba encontrando año tras año para confeccionar un cartel tradicional a la altura, que por convicción. Eso sí, sin polemizar lo más mínimo porque insiste en que se trata de una buena nueva que hay que celebrar.

“Me parece una muy buena iniciativa que sería perfecta si se hubiera podido complementar con el trofeo tradicional”, razona, exhibiendo una gran dosis de sensatez al referirse al torneo de siempre, el que cada agosto se disfrutaba no sólo en el estadio sino en toda la ciudad. “Soy consciente de que mantener un Trofeo Carranza como el que hemos conocido toda la vida es inviable por la poca disponibilidad de los equipos punteros del panorama internacional”. No le falta razón.

Además, observa la iniciativa como un tren que pasa una vez en la vida y al que podrán subirse más pasajeros. “Aunque se trata de fútbol 11, ésta es una oportunidad magnífica para dar un espaldarazo al deporte femenino global de la ciudad”. En el fondo, aun sin expresarlo abiertamente ni centrarse en casos concretos, cree que se trata de una buena ocasión para el deporte femenino de Cádiz salga beneficiado. Aunque en ningún momento de la conversación se refiere al club que preside, de sus palabras se deduce algo tan obvio como que un Trofeo Carranza femenino indirectamente podría representar también un antes y un después para el Cádiz FSF, para volver a aspirar a dar el salto a una máxima categoría, la Primera División, que siempre ha conocido de forma fugaz.

Como no puede ser de otra forma, también valora el proyecto desde la visión de la igualdad de género. “Todo lo que sea apoyar al deporte femenino desde la convicción de que es el único camino que tenemos que recorrer es bueno para conseguir la igualdad efectiva entre hombres y mujeres en el mundo del deporte”.

Por último, aunque evita meterse en asuntos que no le competen, se atreve a deslizar algo que en las últimas horas repiten hasta la saciedad los aficionados. Equipos femeninos, de acuerdo, pero que sean los mejores. “Si se habla de una Trofeo de primer nivel imagino que se estará hablando del Atlético de Madrid, Barcelona, Olimpique de Lyon, etc... Estoy seguro de que sería un éxito de público”.

Por ahora toca esperar. Ayuntamiento y Cádiz CF han dejado en manos de una promotora la elaboración del cartel, si bien la responsabilidad final recaerá sobre ellos. La apuesta, arriesgada, merece la pena.