Un paso demasiado corto (0-0)

Cádiz CF - Osasuna | El partido

El Cádiz no puede con un sólido líder, suma su cuarto empate consecutivo y se complica la vida en la carrera hacia la fase de ascenso

Machís trata de escaparse del osasunista Nacho Vidal.
Machís trata de escaparse del osasunista Nacho Vidal. / Julio González

Cádiz/Ni fiesta de ascenso ni un paso hacia el play-off. El Cádiz CF y el Osasuna firmaron un empate sin goles que aplazó la celebración del cuadro navarro y frenó a un equipo amarillo incapaz de ganar cuando llega el momento clave de la temporada. y no gana supone quedar en manos de los rivales directos. No da para más.

El Cádiz CF puso toda la carne en el asador ante un líder que tuvo cerca la victoria en la segunda mitad, pero no aprovechó sus ocasiones. El reparto de puntos fue justo pero el play-off se vuelve un objetivo más complicado para un equipo que acumula cuatro jornadas seguidas sin vencer en las que ha sumado cuatro puntos y se le han escapado nada menos que ocho. Así es harto complicado. Hace falta algo más que garra y el Cádiz CF no lo tiene.

Pareció que el partido se disputaba en El Sadar en lugar del Carranza en los compases iniciales. Los rojillos hicieron una puesta en escena en modo ofensivo, como si quisiera anunciar su intención de ascender con prontitud. Mientras, los locales se remangaron en labores defensivas que empezaban arriba con David Querol (una de las novedades en el once junto con el debutante Fali).

El juego se fue equilibrando pese a que en el minuto 11 Alberto Cifuentes tuvo que estirarse al máximo para repeler el disparo de Rober Ibáñez y evitar el 0-1. Las llegadas de los amarillos fueron sobre todo por la banda izquierda gracias a la capacidad de desborde de un Machís que arrancó con chispa, concienciado de la relevancia del encuentro.

Se sintieron más cómodos los de casa replegados, con el cuero en poder de los visitantes, el robo y la salida a contramano. Si no había lugar a la contra, juego directo o pelota al venezolano para que se buscara las papas. O la recurrente alternativa del balón parado que suele servir de desatascador de partidos. En el 17, un libre directo lejano de Aketxe se convirtió en el primer lanzamiento a puerta de los locales. Rubén acertó a despejar el tiro, que llegó a puerta con poca fuerza.

Hasta con el esférico no desentonaron los de Cervera por momentos. Sólo faltó el último pase para pisar con peligro el área contraria. Y cuando el balón superó el filtro de la defensa, cayeron en el fuera de juego con frecuencia.

La primera parte se marchó volando después de una intensa lucha que conllevó la anulación en ataque de los dos contendientes. Las ocasiones escasearon aunque los gaditanos apretaron, eso sí, con más corazón que cabeza, con Jairo hiperactivo, José Mari y Álex amurallados en la medular, Rober Correa como un extremo más y Aketxe con misiles desde su casa, como el que se le escapó cerca de la portería en una falta con el intermedio la vuelta de la esquina.

La eficiencia defensiva se impuso en un primer acto de excesivas precauciones. A los navarros no les iba mal un empate que sin embargo se quedaba corto para las aspiraciones de un Cádiz que necesitaba ganar para no poner en peligro su estancia en la zona noble.

Justo tras el pitido de la reanudación dispusieron los de casa de su mejor ocasión, cuando David Querol, casi en el área pequeña, soltó un zapatazo con el balón dirigido a gol que rebotó en Aridane. El líder no tardó en responder. En la siguiente acción, Cifuentes le negó el gol a Roberto Torres, que había conectado un fuerte disparo.

El Cádiz CF necesitaba la victoria y Cervera dio una vuelta de tuerca con más de media hora por delante. Hizo reaparecer a Salvi (entró por Matos) y dio minutos a Rennella (por Querol). El franco italiano se ubicó en punta pero el ingreso del sanluqueño, que partió desde el costado derecho provocó un ajuste de piezas. Jairo pasó al lateral izquierdo y Aketxe se colocó como mediapunta.

Pero poco cambió salvo que David García, en el 61, mandó fuera un testarazo cuando lo tenía todo a su favor para inaugurar el marcador. No fue extraño que se llevara las manos a la cabeza tras desperdiciar una ocasión de oro.

Los amarillos no sólo no llegaban arriba sino que además daba la sensación de que los navarros se hacían con el control del centro del campo. Cervera se jugó la última carta con otra apuesta arriesgada a falta de 20 minutos. Quitó a Álex Fernández y sacó a Manu Vallejo, colocado en punta junto a Rennella mientras que Aketxe se unió a José Mari en la medular.

Nada alteró el guión. Los locales estaban desaparecidos en ataque. Machís apenas tocó bola y si alguno podía marcar era el conjunto navarro. Casi lo consigue Xisco con un cabezazo en el 72 que no vio puerta por poco.

A lo máximo que llegaban los inquilinos del Carranza era a contener a los rojillos. Llegar con opciones de gol al área contraria fue más un deseo que una realidad, ni siquiera a balón parado. ¿Conformismo? ¿Falta de energía? La única posibilidad surgió en alguna falta, como la que tuvo Aketxe en el 83. Lanzó, tocó el cuero en un zaguero pero pudo rectificar a tiempo para atrapar el esférico.

De nuevo perdonaron los visitantes (en el 86) con un remate fallido de Luis Perea solo dentro del área. Al final, un punto que el tiempo si dirá si es escaso o no.

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