Por qué se atasca el Cádiz CF en casa
El conjunto amarillo no termina de arrancar en el Nuevo Mirandilla
La primera victoria como local sufre una nuevo retraso
El ex entrenador del Cádiz CF Sergio González vio en el estadio el partido contra el Racing de Ferrol
El Cadiz CF se quedó con las ganas de celebrar su primera victoria de la temporada 2024-25 en el estadio Nuevo Mirandilla. Después de abrir la lata como visitante en el campo del Castellón, desperdició la oportunidad de introducirse en una racha positiva con el empate (0-0) ante el Racing de Ferrol el pasado domingo 15 de septiembre.
Parecía que había llegado el momento de dar un paso al frente para empezar a poner la velocidad de crucero, pero la equis en el choque contra la escuadra gallega supuso una nueva decepción (la tercera) en casa que ejerció de freno a una progresión aplazada hasta el próximo compromiso. La realidad es que, números en mano, el conjunto amarillo no termina de arrancar en su feudo: derrota contundente frente al Real Zaragoza (0-4) y un par de igualadas (2-2 con el Tenerife y el reciente cero a cero ante los ferrolanos).
La única buena noticia de la última cita fue la primera portería a cero del curso que sin embargo no sirvió para abrazar el triunfo. La pregunta es por qué el equipo no funciona en su hogar pese a contar con el aliento de una sufridora afición que no ve correspondido su apoyo con buenos resultados.
Paco López dio una de las claves cuando analizó el último empate. Considera que falta continudad en el juego. Después de una buena primera mitad que invitaba al optimismo (en especial la media hora inicial), el equipo fue a menos con una mala segunda parte en la que puso en pocos apuros a un rival que se defendió con orden.
Después de no aprovechar sus mejores momentos (faltó acierto en el remate), el Cádiz CF se mostró como un conjunto previsible, con escasa capacidad para el desborde sobre todo cuando Brian Ocampo se tuvo que retirar antes de tiempo. Se acumularon las imprecisiones, apareció la precipitación y los disparos a puerta se contaron con los dedos de una mano.
La solidez defensiva (los visitantes apenas inquietaron a David Gil) contrastó con las dificultades en ataque. Los amarillos no hallaron el camino frente a un adversario que se encerró con orden. Cuando el entrenador colocó dos delanteros (Francisco Mwepu se unió a Chris Ramos en los últimos veinte minutos), el balón entró poco en el área slvo en el arreón final a la desesperada.
Además de la falta de continuidad y la escasez recursos ofensivos, el cuadro amarillo se diluyó en el plano anímico cuando, sin dejar de intentar una y otra vez, comprobó que no era capaz de someter a su contrincante. Sólo en los últimos minutos emitió algunas señales de poder cambiar el signo del partido. Se trataba de marcar un gol que no consiguió en noventa y tantos minutos.
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