Por qué es tan importante la victoria del Cádiz CF ante el Eldense más allá de la clasificación

Cádiz/El Cádiz CF sacó adelante un partido de máxima relevancia contra el rival más directo en la pelea por la permanencia en Segunda División. Lo hizo con un sonoro golpe sobre la mesa gracias a un incontestable 1-4 en el campo del Eldense que además supuso su victoria más cómoda de la temporada. Sacó a relucir su armamento ofensivo con una pegada que no había mostrado hasta ahora.

El conjunto amarillo ganó cuando más lo necesitaba. Era un partido trampa porque una derrota le hubiese conducido a la zona de descenso y por tanto a la cronificación de una crisis para la que buscaba una solución urgente. El desenlace no pudo ser más favorable. El triunfo le sirvió para alejar los temores a una posible caída a Primera Federación.

Más allá del impacto positivo en la clasificación (la ventaja sobre el 19º pasó de tres a seis puntos), el triunfo del Cádiz CF provocó varios efectos beneficiosos:

El cuadro gaditano puso fin al estreñimiento goleador que ralentizaba su avance desde la llegada al banquillo de Gaizka Garitano. El equipo había adquirido un considerable nivel de consistencia pero le costaba ver puerta hasta que por fin se desató en el momento más oportuno. Marcó cuatro goles y pudo haber anotado algunos más. No significa que siempre vaya a hacer un póquer en cada partido, pero quedó de manifiesto su potencial ofensivo pese a no contar con un delantero de referencia.

Implicación: El Cádiz CF empezó mal, superado por un Eldense más ambicioso hasta que el encuentro dio un vuelco radical con el 0-1. Los dos primeros goles llegaron gracias a la pelea por el balón de dos jugadores que se caracterizan más por su calidad que por sus batallas en el cuerpo a cuerpo. Javier Ontiveros doblegó en la pugna a Iñigo Piña, más fuerte que él, en la jugada en la que abrió el marcador, y Brian Ocampo batalló para arrebatar la pelota a Fran Gámez antes de dar la asistencia a Rubén Sobrino en el 0-2. Quedó demostrado que para vencer hay que pelear cada balón.

Autoestima: El triunfo supone una inyección de moral y una dosis de tranquilidad para una plantilla cadista cuestionada por su errática trayectoria. Y el resultado aplastante ayuda a dar confianza a un grupo que va creciendo tras el aterrizaje del nuevo entrenador. No hay nada más saludable que una victoria convincente, y más fuera de casa, para mejorar el ánimo y ver las cosas de otra manera.

Principio de algo: En el vestuario quieren aprovechar el ánimo que origina esa trascendental victoria para adentrarse de una vez en una dinámica de regularidad que le impulse hacia arriba y ver hasta dónde es capaz de llegar. No es más que un triunfo, pero es una puerta abierta a una vida mejor en la segunda vuelta del campeonato. El siguiente paso es confirmar la progresión con una buena racha. Es pronto para pensar en las plazas de fase de ascenso. Es algo que aún no se puede contemplar a día de hoy. Para eso hace falta mucho más.