Cuatro presidentes para un mismo destino

Cádiz/Tres nombres y un destino: llevar al Cádiz CF a Primera División. Los dos Manolo (De Diego e Irigoyen) y Antonio Muñoz precedieron a Manuel Vizcaíno en las hazañas de llevar al equipo amarillo a la Liga de las Estrellas. El primero de ellos tuvo el honor de abrir el tarro de la esencias, de estrenar esa página histórica. Irigoyen lo logró hasta en tres ocasiones en cuatro años, lo que le eleva al estatus del mejor presidente de la historia. Y Antonio Muñoz fue el último, antes de Manuel Vizcaíno, después de una larga travesía por Segunda B.

Manuel de Diego, empresario gaditano, llegó a la presidencia el 24 de julio de 1976, venciendo en las urnas a Márquez Veiga y accediendo al cargo después de varios intentos. Lo suyo fue llegar y besar el santo. A pesar de ser objeto de muchas presiones para no presentarse a las elecciones y para dejar el cargo posteriormente, De Diego no se arrugó y asumió la responsabilidad de dirigir la nave cadista.

Histórica fue la limpieza que hizo en la plantilla sabiendo que heredaba una deuda de 120.000 euros (20 millones de las antiguas pesetas). Puso el equipo en manos de Enrique Mateos como entrenador para encabezar el proyecto. Los comentarios de la época apuntaban a la influencia del periodista José María García para que Mateos fuera el elegido. Sin duda, De Diego acertó de pleno.

Llevó al Cádiz a Primera por primera vez en toda su historia en la temporada 1976/77, aunque acabó asqueado y desengañado del fútbol, por lo que dejó la presidencia a la temporada siguiente. Falleció el 8 de enero de 2003 cuando contaba con 77 años. Los terrenos de El Rosal y una frase mítica: 'El cadismo no se grita, se demuestra', fueron su legado.

El otro Manuel, Irigoyen Roldán, sigue contando años después de su muerte con el mejor currículo de un máximo mandatario en la historia del club gaditano. Un total de 16 temporadas ligado a la entidad, con la friolera de 14 como presidente, diez en Primera División y las ocho últimas de forma consecutiva. Fue el artífice de tres ascensos en las campañas 1980/81, 1982/83 -la primera temporada de Mágico González de amarillo- y 1984/85. Bajo su presidencia, el estadio Ramón de Carranza sufrió una de sus primeras grandes reformas con el derribo de Fondo Norte para construir uno nuevo y la colocación de visera en la Tribuna, grada que también varió en parte su aspecto. En el ámbito deportivo el Cádiz se coló en las semifinales de la Copa del Rey.

Irigoyen, banderillero y constructor, alcanzó una fama enorme en el fútbol español hasta el punto de ser una de las personas con mejor cartel, de entre los presidentes de equipos españoles, en la Real Federación Española de Fútbol; conocido como el presidente de los milagros. Sus victorias en los despachos se acumulaban de forma poco creíble por ser el máximo dirigente de un club modesto. Sirva como ejemplo que se sacó de la manga la liguilla de la muerte que en la campaña 1986/87 permitió al Cádiz salvarse a pesar de haber acabado la Liga en una de las tres últimas posiciones.

Bajo su mandato vino Mágico González y el equipo rubricó, de la mano del técnico Víctor Espárrago, la mejor temporada de la historia (1987/88) en Primera División. Irigoyen abandonó este mundo el 19 de abril de 1998.

Antonio Muñoz Vera ocupaba la poltrona en el último ascenso amarillo antes del cosechado este domingo. Empresario cordobés afincado en Cádiz desde hace muchos años, en la década de los 80 comienzan sus 'coqueteos' con el club, aunque no sería hasta mediados de los 90 cuando, junto a Manolo García, se hace con el control. Fueron años duros en lo deportivo -la etapa más larga en Segunda B- y lo económico -por la difícil situación heredada y que agravaba la estancia en la categoría de bronce-, hasta que en 2003 lleva al equipo a Segunda A y dos años después a Primera. En el verano de 2012 Muñoz se aparta del club pasando las acciones primero a Sinergy y luego a Locos por el Balón.