La primera vuelta del Cádiz CF: malos números y olor a Segunda División
El conjunto amarillo ofrece malas sensaciones cuando llega al ecuador del campeonato
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El Cádiz CF completó una de las peores primeras vueltas que se recuerdan en sus 16 temporadas en Primera División. Los números reflejan el pobre recorrido de un equipo que sorprendió a propios extraños con un fulgurante arranque de curso hasta ubicarse en la triste situación que sufre en el ecuador del campeonato.
El buen comienzo no hacía presagiar el posterior hundimiento. Logró dos victorias (la únicas en toda la primera parte de la Liga) y un empate en las cuatro primeras jornadas que le auparon hasta una sexta posición propagadora de ilusión. En aquel lejano inicio sólo perdió en el terreno del Barcelona después de poner en aprietos a uno de los grandes.
Pero la triste realidad se fue imponiendo hasta encadenar 15 jornadas consecutivas sin ganar, una racha insoportable que le condujo a la zona de descenso justo a mitad de campaña. Demasiado tardó en caer al 18º puesto favorecido por los fallos de sus rivales directos. En cuanto el Celta de Vigo se esmeró un poco, el Cádiz CF se fue a la plaza que abre la puerta a Segunda División inmerso en una tendencia negativa que de momento no tiene freno.
La conclusión de la primera vuelta es que el Cádiz CF presenta su candidatura para perder la categoría con esa trayectoria tan nefasta. Sólo 15 puntos de 57. Son pocos los que no incluyen a los amarillos entre las tres escuadras que tienen más papeletas para bajar a la división de plata.
El conjunto entrenado por Sergio González es el menor goleador del torneo. Sólo 14 tantos en 19 envites. No llega al promedio de uno por partido y no vio puerta en nueve encuentros. Cifras en mano, es el peor ataque.
Más allá de los datos, el juego que ofrece el equipo gaditano es muy simple. Balón largo para que los delanteros se busquen la vida. Los problemas para la conexión entre los centrocampistas y los arietes son evidentes. No hay desborde por las bandas. Que los mayores recursos ofensivos sean los saques de banda de Luis Hernández o los centros al área sin ton ni son resumen las carencias de un equipo con un escaso bagaje ofensivo.
La clasificación refleja un problema de difícil solución: la falta de calidad en todas las líneas, jugadores que no dan la talla en Primera División. Faltan jugadores desequilibrantes y el más indicado, Brian Ocampo, aún no está al cien por cien después de una grave lesión. La defensa desprende inseguridad. No hay jerarquía en la media, futbolistas que aporten un plus de presencia y criterio. Y arriba no hay remate.
Y a todo ello, que no es poco, se unen arbitrajes con criterios dispares que han perjudicado a los gaditanos. Valga como ejemplo el contraste entre la mano de Momo Mbaye ante el Osasuna al penalti sobre Sobrino en Granada señalado y anulado. Nada sale bien a la espera de una segunda vuelta en la que el Cádiz CF está obligado a dar un paso al frente para evitar la hecatombe.
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