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Cádiz - Elche | Ambiente
Cádiz/El Ramón de Carranza vivió este domingo de nuevo un encuentro que servía como broche a la jornada de Segunda División A, en esta ocasión la 19ª, en horario nocturno pero con nutrida presencia de seguidores sin duda por la fecha que se trataba. 8 de diciembre, sí, Día de la Inmaculada, sí, festivo, sí, pero también un puente que comenzó el pasado viernes y que se prolongará hasta este lunes, que al no ser laboral ni lectivo en el calendario escolar propició que los aficionados lo tuvieran más fácil para desafiar la hora y el frío para apoyar a los suyos. Como debe ser.
El reto de atar cuanto antes el título de campeón de invierno, sin valor más allá del honorífico o simbólico, también influyó lo suyo en la grada y, obviamente, en el césped, aunque los pupilos de Álvaro Cervera se mantienen fieles a su filosofía de partido a partido y en este sentido la visita del Elche se afrontaba con la misma intensidad que cualquier cita anterior.
Claro que esta vez delante había un rival en racha, el mejor equipo del pasado mes de noviembre, en el que sumó 11 puntos de 15 posibles, manteniéndose invicto en esos cinco compromisos. Y eso se notó desde que el balón comenzó a rodar, tras el minuto de silencio en memoria del recientemente fallecido Francisco Aparicio, que vistió de amarillo en la temporada 1963/64, y el pertinente pitido inicial.
El conjunto franjiverde demostró desde el primer momento que venía a por el triunfo, con todo el respeto del mundo al líder pero sin complejos. La hinchada se percató de lo complicado del duelo, como en realidad lo vienen siendo todos este curso por más que la marcha sea espectacular por el momento, y empujó a los amarillos con su aliento.
A falta de ocasiones de verdadero peligro, no quedó otra que conformarse con apretar los dientes y sufrir cuando los visitantes se aproximaron de forma amenazante a las inmediaciones de Alberto Cifuentes y criticar la labor del colegiado mediado el primer tiempo tras un par de acciones en las que hizo caso omiso a una posible falta del Elche y en cambio mostró tarjeta a Chozo Lozano por otra. Bueno, eso y lanzar alguna que otra palabra fea dirigida al adversario que provocó que desde megafonía se recordara que la deportividad ha de comenzar en la grada.
Tras el descanso, el choque languideció a ratos, el reloj avanzó más rápido y el cadismo comenzó a mascar el segundo tropiezo de la campaña en casa, tras el 0-0 con el Dépor. Incluso el susto por el casi 0-1 de Andoni convirtió el marcador en bueno. Según cada cual, se sumó un punto o se perdieron dos, un peaje en este puente.
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