Pedro M. Espinosa
¿Dónde están los tíos?
El resultado del Cádiz-Zaragoza
Cádiz/El Cádiz CF sufrió de lo lindo para quedarse con un punto en casa frente al Real Zaragoza en un duelo resuelto con un justo empate. Los maños se adelantaron al comienzo de la segunda parte y cuando la derrota parecía inevitable empataron los anfitriones con un gol de penalti de Álex Fernández.
Lo amarillos sacaron a relucir toda su garra, con el punto aseguran el liderato una jornada más y además mantienen la distancia con el cuadro maño, al que ganan el goal average particular (0-2 en La Romareda en la primera vuelta)c.
Arrancaron los locales con una presión arriba con la que trataron de neutralizar la salida de balón de los visitantes. Cuando no era posible apretar, un paso atrás y a defender en campo propio.
La prioridad era mantener el arco intacto, aunque los de Álvaro Cervera no tardaron en comprobar que enfrente estaba un señor equipo. En plenos minutos de tanteo, en el 3, Cala frenó con una dura entrada un peligroso contragolpe de Soro que pilló desprevenido a la zaga. Si algo hicieron bien los aragoneses fue asociarse con el balón.
Todo un aviso que sirvió para fortaceler los anclajes de un equipo que se fue asentando sin perder de vista la calidad de los maños. Era un partido de máximas precauciones, casi sin posibilidad de saltarse el guión mientras el marcador permaneciese inalterado. Los dos jugaron a no perder para tratar de ganar.
Cuando lo que manda es el encorsetamiento, es harto complicado que el balón tome el camino de la portería. Pese a la escasez de ocasiones, los de casa dispusieron de alguna que otra. En el 8, un remate de Lozano en la dirección adecuada se topó con la acertada intervención de Cristian Álvarez. Poco después, un zurdazo desde la frontal del área de Álex no encontró puerta por poco.
Los de Víctor Fernández rompieron el dominio alterno por momentos y acunaron el esférico aunque sin la profundidad necesaria como para hacer daño. Fue entonces cuando emergió el recinto amurallado que instalaron los amarillos, aplicados en las labores de destrucción como en sus mejores tiempos.
Las opciones de éxito del líder pasaban por la eficacia del muro y algún chispazo en ataque. Todo quedaba a expensas de que Salvi hallara espacios por la derecha. Casi todas las acciones pasaban por el sanluqueño mientras Alberto Perea entraba poco en materia.
Los dos contrincantes consiguieron su objetivo en el primer acto: contener al otro con disciplina espartana. Apenas hubo rendijas por donde colarse en las dos áreas y el balón parado tampoco surtió efecto. Con el descanso a la vuelta de la esquina, Fali conectó un cabezazo tras un córner aunque no logró poner el cuero entre los tres palos.
El cerocerismo fue fiel del reflejo del desarrollo de unos 45 minutos iniciales marcados por un exceso de prudencia que condicionó todo lo demás.
Los anfitriones salieron adormecidos en la reanudación. Imperdonable. No se había cumplido el primer minuto de la segunda parte cuando Soro le ganó la espalda a Espino en un servicio largo, Fali rompió el fuera de juego y el visitante definió ante Alberto Cifuentes con suave toque de balón con la bota izquierda que se tradujo en el 0-1.
El Cádiz falló en su fortaleza, que es la defensa, y quedó abocado a un extremo sufrimiento para intentar esquivar la derrota. El gol fue un mazazo pero había ni segundo para lamentos. El partido pasó a ser un constante acoso de los de casa. La respuesta no se hizo esperar con disparos Álex y Fali, este último un par de veces, que no llegaron a buen puerto.
El rejol empezó a correr y afloraron las prisas, con los maños agazapados en su parcela sin demasiados padecimientos. Cervera hizo debutar a Filip Malbasic y el primer contacto del serbio con el balón fue un remate desde el corazón del área que no supuso el empate por el paradón de Cristian Álvarez.
Los anfitriones dieron una vuelta de turca más en unos últimos minutos liderados por Alberto Perea la fulgurante irrupción de Malbasic. El balcánico casi sorprende de nuevo a Cristian Álvarez y el 82 se erigió en el minuto de la esperanza. El manchego se inventó una jugada imposible, hizo la pared con Malbasic y fue derribado por Eguaras dentro del área. Penalti clarísimo que Álex Fernández ejecutó con solvencia para restablecer el empate.
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