Pedro M. Espinosa
¿Dónde están los tíos?
Almería - Cádiz CF | Crónica
El Cádiz comenzó la segunda vuelta con un punto en Almería que bien pudieron ser tres porque desperdició un penalti en la primera parte y se quedó con un jugador menos en la recta final cuando tenía el partido bajo control. El conjunto amarillo tuvo el partido en su mano, fue de menos a más y hasta en el tiempo de prolongación dispuso de una clara oportunidad.
El Cádiz se llevó la sensación de que podía haber ganado pero se tuvo que conformar con un punto que no le vale para asaltar la zona de play-off este fin de semana. Eso sí, demostró una consistencia de hierro con la que fue capaz de desactivar a un rival que acabó aburrido.
La fortaleza de la armazón en el choque contra el líder facilitó el camino para que Álvaro Cervera apostase por idéntica alineación en el estadio Juegos del Mediterráneo, con Edu Ramos incrustado como mediocentro y Garrido en el banquillo. El buen papel que desempeñó el malagueño le hizo repetir titularidad en detrimento de Garrido, de inicio en el banquillo.
Los locales no tardaron en demostrar su pujanza. Ejercieron una presión sofocante arriba y en el primer minuto Luis Rioja mandó alto un disparo desde la frontal del área. Los visitantes vieron entrar oponentes por todos lados y no les quedó otra que remangarse para tratar de cerrar espacios.
El juego se desarrollaba casi en exclusiva en la parcela cadista, con 21 jugadores metidos en una mitad convertida en el camarote de los hermanos Marx. En el 11 el aviso de los rojiblancos no pudo ser más serio. Corpas rompió el muro amarillo para plantarse delante de Alberto Cifuentes, que evitó el 1-0 al repeler con el pie izquierdo el remate del atacante.
La efervescencia de los anfitriones tornó en cierto equilibrio con el paso de los minutos. El Cádiz capeó el temporal, empezó a robar el balón y a salir a la contra con velocidad. En el 17 llegó uno de esos momentos que después son recordados como claves. Álex Fernández, inmenso, fabricó una jugada de ensueño. Condujo el balón desde su campo y después de recorrer 50 metros sin que nadie fuese capaz de frenarle fue derribado por Yan Eteki nada más ingresar en el área. El árbitro no dudó en señalar penalti y el madrileño, que había hecho lo más difícil, se topó con René en el lanzamiento desde los once metros, en el que no estuvo afortunado. Tiró flojo, raso, sin demasiada colocación, muy fácil para el arquero, que atrapó el cuero con tanta facilidad que no pareció la ejecución de una pena máxima.
Los amarillos dejaron escapar su gran oportunidad y el guión permaneció inalterado, aunque los de Cervera aumentaron la presión para obstaculizar las acometidas de los de casa. El Almería se empleó con una línea defensiva adelantada que concedió espacios. El Cádiz practicó un fútbol directo basado en pases largos que buscaban a Manu Vallejo, ubicado en punta, con Álex situado en banda derecha como punto de partida.
El partido se enredó en faltas, con alguna opción de los locales a balón parado poco antes de un descanso que asomó con un empate sin goles que se ajustó a los méritos contraídos por uno y otro durante la primera parte. Los gaditanos, sin apenas presencia en ataque, al menos crecieron en solidez a falta de los 45 minutos definitivos.
El segundo periodo arrancó con una variante. Manu Vallejo se escoró a la derecha y Álex pasó al centro entre segundo punta y trescuartista. Una volea de Lekic desde la frontal neutralizada por René –minuto 49- fue la declaración de intenciones de un Cádiz que en los compases iniciales apareció arriba con transiciones vertiginosas en las que dio la sensación de poder golpear en cualquier momento.
Los locales arriesgaron con la acumulación de hombres en ataque y a los amarillos les faltó precisión en el pase para llegar con claridad a los dominios de René. En el 56 llegó Álex al área contraria y soltó un derechazo que se escapó por encima del larguero.
Con tanto hueco en la zona trasera del Almería, el partido pedía a gritos la velocidad de Salvi. Cervera dio entrada al sanluqueño y a Garrido con más de media hora por delante. El vasco se ocupó de la destrucción en la medular y la irrupción del extremo llevó a Manu a colocarse como el hombre más adelantado.
Los de Cervera tenían el partido bajo un aparente control pero no era el día de las delanteras. El duelo quedaba a expensas de algún error o una acción aislada de cualquiera de los dos equipos. Era un partido de cero a cero salvo milagro. Cervera se jugó la última carta de Aketxe en la mediapunta. Lo primero que hizo el vasco fue sacar un córner como si tuviese un guante en su pie izquierdo que Kecojevic cabeceó en dirección a gol hasta que René estiró un brazo para impedir el 0-1.
Las opciones de victoria se esfumaron casi por completo cuando José Mari fue expulsado en el minuto 75 al ver la segunda cartulina amarilla. En inferioridad numérica el decorado cambio de manera radical. Desde ese momento hasta el pitido final la prioridad absoluta del Cádiz consistió en amarrar el empate, aunque Salvi tuvo el triunfo en su bota derecha cuando llegó antes al balón que René pero su remate, con el portero fuera del marco, no encontró el objetivo.
Con el tiempo casi vencido, Manu Vallejo caso hizo el gol con un disparo colocado que se perdió muy cerca de un poste. Aun con uno menos pudo haberse llevado los tres puntos el Cádiz.
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