Mucho más que un punto (1-1)
El resultado del Huesca - Cádiz CF
El conjunto amarillo rescata un meritorio empate con un gol de penalti en la prolongación y se mantiene alejado de un rival directo que decepciona
Era un partido cómodo, muy cómodo que el Cádiz CF se complicó en exceso con una indecisión que a punto estuvo de costarle la derrota. Pero que nadie dé por muerto a este equipo, malacostumbrado a ir al remolque pero siempre con una vida más que le permite sumar una jornada más. Era vital no caer en Huesca y cuando el duelo parecía perdido, una penalti convertido por Álex Fernández en el minuto 97 puso las cosas en su sitio y rescató un punto de un valor incalculable. Oro puro.
El empate no pudo ser más justo porque el Cádiz no mereció la derrota. Neutralizó por completo al Huesca salvo en la acción del 1-0 pero reaccionó justo a tiempo. Volvió a moverse en el filo de la navaja el equipo amarillo, como ya lo había hecho ante el Rayo Vallecano y el Alcorcón e incluso ante el Numancia. Pero siempre tiene la última palabra, siempre guarda un gol para los últimos instantes con el que cambia el rumbo de los partidos.
El Cádiz CF firmó un partido muy serio, con disciplina y orden, sin dar aliento a un rival que poco hizo para lo que se jugaba. Hasta que todo cambió en el minuto 65 con el 1-0. Con más corazón que cabeza, el equipo salió a flote a los justo y se mantiene invicto tras el retorno de la Liga.
Los gaditanos resisten en el liderato y se quitan de encima a un rival directo, al que mantienen a siete puntos. Nada que ver con los cuatro que hubiesen sido en caso de derrota.
Álvaro Cervera sorprendió a propios y extraños con una alineación que poco tiene que ver con el estilo que propugna, sin extremos y, por tanto, sin velocidad por las bandas. La novedad fue extensible al centro del campo, con un trivote en forma de triángulo con Yann Bodiger más adelantado con la misión de no despegarse de Mosquera, cerebro del conjunto local. Y además, dos delanteros puros, poco habitual de inicio. Eso sí, Álvaro Giménez escorado a la derecha.
Salieron con tranquilidad los dos contendientes, con voluntad de ir de menos a más para no exprimir el físico. El tiempo corrió desde el principio a favor de los visitantes, más afanados en el cierre de espacios que en buscar el área contraria. Las opciones de éxito pasaban sin duda por la eficacia del entramado defensivo.
Las apariciones en ataque fueron escasas aunque alguna con peligro, como el centro de Lozano en el minuto 19 que Bodiger no remató por milímetros en boca de gol. El francés se sumó con asiduidad a las labores ofensivas.
El equilibrio era absoluto transcurrido el ecuador del primer acto, con chispazos de calidad de Jurado y el primer disparo a puerta, obra del azulgrana Juan Carlos pero con el balón manso a las manos de Alberto Cifuentes.
La mejor noticia es que los amarillos cumplían el guión en la destrucción, sin concesiones a un rival espeso que no terminaba de conectar en tres cuartos. La peor, la lesión de Juan Cala, que al filo de la media hora tuvo que retirarse y dejó su sitio a Marcos Mauro, en escena por vez primera tras la reanudación de la Liga.
El partido lo tenía controlado el Cádiz de arriba abajo hasta el punto de permitirse la licencia de mirar al área contraria. Sólo faltó el último pase para poder rematar, porque los gaditanos sólo llegaron a poner el balón entre los tres palos al filo del intermedio.
El único anfitrión que consiguió alterar el orden establecido fue el ex cadista David Ferreiro, firmante de un derechazo desde fuera del área (en el 39) que se topó con la acertada intervención de Cifuentes.
El gallego abrió la espita y la réplica la puso Jurado (en el 44) con una jugada personal que culminó con un disparo desde la frontal que iba colocado a una esquina de la portería hasta que Álvaro Fernández evitó el 0-1 con una meritoria estirada.
Dos oportunidades que en realidad fueron un oasis en una primera parte de dominio alterno, sin sufrimiento para un Cádiz que dio la sensación de tener el encuentro en el lugar que quería, con el Huesca maniatado (salvo un par de acciones de Ferreiro) y sin el más mínimo apuro.
El Huesca quiso apretar en la vuelta al césped. Estaba obligado a ganar. Los gaditanos lo tuvieron claro: orden en su parcela y balones largos en busca de un Lozano muy peleón mientras el cronómetro avanzaba a favor de los intereses del líder.
El empate no le iba a mal a los amarillos, que además tuvieron ocasión de ponerse por delante. Jurado mandó al larguero el esférico en el lanzamiento de un libre directo (minuto 57). Un aviso que azuzó a los de casa, liderados por Ferreiro.
Todo estaba bajo control, pero en el fútbol las cosas cambian de un segundo para otro, en una sola jugada por muy aislada que sea. En el 65, Ferreiro centró al área en el saque de una falta, la defensa y Cifuentes se comieron el balón, Mosquera salvó en en línea de fondo justo ante de que saliera y Okazaki fusiló desde el corazón del área para poner el 1-0 en el marcador después de pasar el filtro del VAR.
Menudo revés. Todo el trabajo realizado hasta ese momento saltó por los aires en un pis pas, en una acción de despiste general. Cervera respondió de inmediato con la entrada de Álex Fernández.
El Cádiz tocó a rebato en busca del empate pero, como suele ser habitual, como más voluntad que acierto. El balón fue casi en exclusiva para los amarillos, inoperantes a la hora de una reacción que no asomó hasta los últimos instantes.
Pombo, Salvi y Nano Mesa fueron la apuestas a las desesperada. Y cuando todo pareció perdido, con la guadaña de la derrota encima, Pombo sirvió con precisión a Salvi. El sanluqueño controló dentro del área y fue derribado por Luisinho. Penalti indiscutible que transformó Álex Fernández en el 97.
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