Qué le queda por fichar al Cádiz CF

Cádiz/El Cádiz CF lleva cinco fichajes en el mercado de verano cuando aún resta por delante todo el mes de agosto, cuando suelen producirse más movimientos en general.

El club tiene bastante adelantada la tarea con esas cinco incorporaciones. Refuerza la defensa con el central Varazdat Haroyan y el lateral izquierdo Santiago Arzamendia. Apuntala la media con Tomás Alarcón y Martín Calderón, y da una vuelta de tuerca a la delantera con Milutin Osmajic.

No está cerrado el capítulo de incorporaciones. Queda la traca final que sonará en agosto mientras empieza a rodar el balón en la Liga. Como mínimo llegarán dos futbolistas más. Podría aterrizar alguno más si surge una oportunidad, siempre en función de las salidas. Si David Gil pide que faciliten su marcha, el Cadiz CF iría a por un portero.

El objetivo es tener el plantel más que fuerte que sea posible para pelear una vez más por la permanencia en la élite del balompié español. La idea que barajan en las oficinas del club sigue pasando por contar con 22-23 licencias profesionales más dos o tres de sub’23, entre los que ya se encuentran los jóvenes Osmajic y Martín Calderón.

La dirección deportiva busca un ariete y un jugador de banda. Son las prioridades y en esa dirección trabajan Jorge Cordero, Enrique Ortiz y compañía.

Para las bandas interesan sobre todo Álvaro Jiménez (Albacete), José Carlos Lazo (Almería) y Martin Merquelanz (Real Sociedad), sin descartar otras opciones porque hay una lista numerosa. La operación menos complicada a priori sería la del extremo que tiene un año más de contrato con el cuadro manchego aunque está destinado a salir tras el descenso de Segunda A División a la Primera RFEF (antes Segunda B).

El deseo del Cádiz CF para la delantera es Rubén Sobrino. Ofreció un buen rendimiento durante su estancia en el equipo en la segunda parte de la pasada temporada. El entrenador, Álvaro Cervera, quiere volver a tenerlo en la plantilla y el jugador también está por la labor de regresar al saber que desempeñará un rol importante.

El asunto se lleva con suma discreción. Las dos partes están de acuerdo pero hay una tercera que es clave. El atacante tiene un año más con el Valencia y el conjunto ché es el que tiene la última palabra. Debe decidir si le deja salir y en qué condiciones. El club de Mestalla pagó 5 millones de euros al Alavés por el delantero, al que puso una cláusula de rescisión de 25 millones que está fuera de la realidad al quedarle contrato sólo por una campaña.