Almería-Cádiz CF
El Comité de Árbitros reconoce el grave error en el penalti

La racha interminable (1-2)

El resultado del Málaga-Cádiz CF

El equipo amarillo sufre de lo lindo pero se lleva una valiosa victoria de La Rosaleda con goles de Lozano y Caye Quintana

Lozano, autor del primer gol, disputa el balón con jugador del Málaga.

Suma y sigue. El Cádiz CF sigue en modo imparable. Ante un diezmado Málaga no firmó su mejor partido, pero la inercia es ganadora y se hizo con una victoria (1-2), otra más, gracias a dos golpes certeros ante un rival que apretó de lo lindo en la segunda parte y se quedó a un paso del empate, que no hubiese sido injusto. Así se lo hemos contado.

Los amarillos sufrieron de lo lindo en los segundos 45 minutos después de marcharse al descanso con un prometedor 0-1 sin que el adversario hubiese tirado a puerta. Pero en la segunda se descompusieron hasta el extremo de poner peligro el triunfo tras colocarse con 0-2. Un partido pero resuelto con tres puntos de oro que elevan la cuenta a 28 de 33, con un balance de nueve victorias (las últimas cuatro seguidas) y más fuerte que nunca en el liderato. Mejor, imposible.

La baja de Jon Ander Garrido agitó una alineación que por ver primera esta temporada presentó dos delanteros puros, Nano Mesa y Choco Lozano, y Álex Fernández ocupó plaza de mediocentro.

Lo que no cambió fue el modus operandi. Los amarillos, un día más con pantalón blanco, cedieron la iniciativa a un conjunto blanquiazul que partió con tres centrales e incorporó numerosos efectivos en ataque.

La destrucción es ley por la fuerza de la costumbre. El equipo no tuvo empacho en echarse atrás y madurar el partido. Sin prisa pero sin pausa. De hecho, Lozano tuvo cerca el gol con un cabezazo que obligó a Kellyan a estirarse para impedir que el balón se colase en la portería.

El dominio de los costasoleños fue a más con el paso de los minutos pero todo estaba bajo control para los gaditanos, eso sí, metidos en su parcela a la espera del zarpazo.

Amagaron los de Álvaro Cervera con pases largos que murieron en sucesivos fueras de juego hasta que pasada la media hora irrumpió Salvi por la derecha con una cabalgadas de las suyas. El 7 se escapó con el esférico por velocidad y con habilidad, centró al corazón del área, el despeje de Kellyan rebotó en David Lombán y cayó franco para que Choco Lozano empujase a puerta vacía. 0-1.

El gol marcado por el hondureño (el cuarto consecutivo) tardó en subir al marcador. Lo anotó en el 33 pero tuvo que pasar por el trago del VAR porque Nano Mesa, en posición dudosa, remató aunque el cuero ya había rebasado la línea de gol. Dos minutos tardaron en pronunciarse desde la sala de vídeo arbitraje hasta que llegó la confirmación del 0-1.

Por enésima vez, el Cádiz se adelantaba con el método defensa y golpeo en una transición de vértigo abanderada por Salvi, majestuoso en la interpretación del contragolpe.

No sufrieron atrás los visitantes en su área durante un primer periodo en el que Alberto Cifuentes apenas tuvo que intervenir más allá de alguna salida para cazar un balón aéreo sin peligro.

El Cádiz logró el objetivo de cortocircuitar las intentonas de los locales. Lo hizo sin fluidez, con demasiados pelotazos, aunque con el resultado que pretendía. Álex Fernández se afanó en las labores de contención y apareció poco en la construcción.

Sin brillo, pero con la eficacia suficiente como para cobrar una mínima renta que trató de administrar en la reanudación. Así llegó el conjunto amarillo al intermedio, consciente de que el Málaga tenía que apretar en la reanudación.

Un disparo alto de Sadiku nada más arrancar la segunda mitad fue el aviso de lo que le podía esperar al Cádiz si no andaba despierto. Los anfitriones encontraron un boquete en el lado izquierdo de la defensa cadista, sobre todo con la entrada de Cifu. En el 51, Cifuentes atajó con seguridad el balón tras un disparo de Keko.

El partido había dado un giro radical. El Málaga sí inquietaba de verdad y los de Cervera ni defendían ni atacaban. Salvi se colocó en la izquierda para ayudar a taponar la vía de penetración de los locales, que afrontaron la última media hora con cuatro delanteros.

No había conexión en el juego. Como mucho alguna contra aislada, casi casual, como la culminada por Alberto Perea (minuto 59) con un zapatazo bien dirigido que tropezó en un zaguero. Las sensaciones no eran nada buenas y Cervera empezó a mover el banquillo, primero con el ingreso de Caye Quintana y después con Edu Ramos, debutante esta temporada.

Los cambios provocaron que Nano Mesa se moviese por la derecha y Álex pasase a segundo punta. La idea era reforzar el centro del campo y apretar en la salida del esférico por parte del rival.

Estaba más cerca el 1-1 que el 0-2 pero el fútbol premia al que acierta y castiga al que falla. Antoñín, solo ante Cifuentes, remató fuera con todo a su favor y el que no falló fue Caye Quintana. En el 73, el onubense eligió el mejor momento para estrenarse como goleador cadista. Menudo golazo se fabricó él solo. Controló el cuero en tres cuartos, desbordó a Lombán y Diego González y cuando se queda sin espacio delante de Kellyan se inventó un regate imposible y para librarse del portero y rematar casi sin ángulo para poner tierra de por medio.

Casi sin merecerlo, el Cádiz encarriló el encuentro aunque el Málaga no se dio por vencido y se metió de nuevo en el partido después de un gol anulado a Caye Quintana (en el 77) por un claro fuera de juego. En el 83, Antoñín sí acerto esta vez con un certezo cabezazo que puso el 1-2 y dio un plus de incertidumbre al desenlace.

Sufrieron los amarillos en la recta final, demasiado atrás sin dar salida al balón. Keko, el mejor de los locales, envió el esférico al larguero (en el 86) con un tremendo derechazo y en el 94, en la última acción, remató alto cuando estaba delante de Cifuentes. El Cádiz sufrió de lo lindo, pero al final respiró.

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