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Un respeto a la afición del Cádiz CF

Sobraron gestos despectivos de jugadores a la hinchada en la primera victoria como local de la temporada

La parroquia cadista no tiene ninguna culpa de la mala situación del equipo

Paco López: "La alegría la llevo por dentro, pero he sentido una cacería importante"

Iza Carcelén se lleva una mano a la oreja en la celebración de su gol ante el Oviedo. / Lourdes de Vicente

El Cádiz CF se liberó de una vez con la primera victoria en casa de la temporada 2024-25 que le costó conseguir nada menos que siete partidos. El 2-0 sobre el Real Oviedo, más que merecido, puso fin a una nefasta racha y a partir de ahora, una vez superado ese lastre tan pesado, es de esperar que empiece a enderezar el rumbo.

Pero no todo fue alegría el pasado sábado 26 de octubre en el estadio Nuevo Mirandilla. Llevaba tanto tiempo sin vencer el conjunto amarillo que más de un futbolista no supo ni cómo celebrarlo cuando la cosa comenzó a ponerse bien. Para una vez que ganan un partido.

Afloraron cuentas pendientes con ¡la afición! Ver para creer. Dos jugadores en concreto la pagaron con la hinchada cadista. Iza Carcelén desafió al personal al llevarse su mano a la oreja en la celebración de su gol (el 1-0) y Fali, desde un palco (estaba sancionado) gritó "¡ahora no decís nada!" dirigiéndose a la gente.

¿De qué van esos engreídos? ¿Quiénes se creen que son? Cargar contra lo más sagrado que tiene el Cádiz CF no tiene nombre. Ellos se irán tarde o temprano pero los incondicionales seguirán gastando su dinero, sufriendo y derrochando su pasión por el equipo de sus amores.

Ahora resulta que la culpa de lo mal que va el equipo es de la afición y no de los que no dan una sobre el césped, de los que han ganado sólo tres partidos en casa de 21 en los últimos doce meses y uno en los seis más recientes, de los que acaban de bajar de Primera y del tirón coquetean con otro descenso.

En lugar de aprovechar el momento del gol para intentar dar un paso en la recuperación de esa comunión tan necesaria entre la grada y el equipo, esos dos jugadores con tantos años en el Cádiz CF, que en alguna ocasión han portado el brazalete de capitán, echan gasolina al fuego de un ambiente que en los últimos tiempos es de todo menos bueno.

Si por algo se caracteriza la afición es por darlo todo a poco que se le dé. Lo que no es de recibo es que se le exija todo a cambio de nada y encima sea reprendida por los que no dan la talla. La hinchada se merece todo el respeto que últimamente no recibe de los dirigentes del club ni ahora de algún inquilino del vestuario. Increíble pero cierto. Si la reacción de esos pesos pesados del vestuario es ir contra la parroquia cadista, da que pensar sobre la opinión que ahí dentro sobre la hinchada.

Iza Carcelén tuvo el noble gesto de reconocer su error y pedir disculpas. Fali dio el numerito desde el palco y si va a abrir la boca para decir sandeces lo mejor es que calle, se deje de pamplinas y hable sobre el césped a ver si mejora su rendimiento.

Sí, el Cádiz CF por fin gana como local, pero la herida continúa abierta porque el ambiente sigue enrarecido. La afición no tiene la culpa de nada, sólo quiere ver ganar a su equipo y si es con mayor frecuencia, mejor. Que la dejen tranquila y que le den alegrías. Nada más.

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