Almería-Cádiz CF
El Comité de Árbitros reconoce el grave error en el penalti

El líder se hace el harakiri (1-0)

El resultado del Sporting-Cádiz

El equipo amarillo se autodestruye en una pésima segunda parte en El Molinón y ve peligrar su situación de privilegio.

Los de Cervera encadenan dos derrotas seguidas por primera vez esta temporada

Nano Mesa, con el balón ante un jugador del Sporting.

El Cádiz CF sufrió su segunda derrota consecutiva por primera vez esta temporada y se complica su estancia en plazas de ascenso directo. Seguirá líder tras la 29ª jornada, pero será un líder más frágil, no sólo por la diferencia menguada, sino por sus sensaciones, que no son nada buenas una vez más.

Cayó con toda las de ley en El Molinón ante un Sporting de Gijón al que le bastó un gol para doblegar un rival que parece de todo menos el líder de la Liga.

El equipo amarillo tenía el partido en su mano en una digna primera parte, pero lo tiró por la borda en una segunda para olvidar, cuando recibió el tanto y un jugador curtido en mil batallas como José Mari cometió una imprudencia que el costó la expulsión. En esa situación, el partido quedó resuelto con un Cádiz sin alma.

Álvaro Cervera recuperó la apuesta por Álex Fernández como segundo punta tras dos encuentros como mediocentro y colocó a Nano Mesa en la banda izquierda como relevo del sancionado Alberto Perea. Lo demás, lo esperado, con el habitual guión basado en la defensa como premisa fundamental.

La prioridad, como en cada jornada, pasaba por echar el candado a la portería para no verse abocado a una remontada que suele ser imposible. Se desplegaron con orden los visitantes, decididos a no hacer concesiones aunque no tardaron en sufrir las acometidas de Manu García en tres cuartos.

El balón cambio de bando con rapidez y nadie imponía su juego. El primer disparo entre los palos los hizo Iza Carcelén en el minuto 12 con un libre directo lejanísimo que acabó con el esférico entre los brazos de Mariño.

Los amarillos parecían tener controlada la situación pero ya es sabido que un error puede dar al traste con todo. En el 19, una indecisión entre Cala, Espino y Cifuentes hizo que Murilo estuviese punto de cazar el balón en boca de gol. Un aviso que pasó a susto con mayúsculas en el 25 cuando Bogdan sorteó a un endeble Espino, se coló en el área y obligó a Cifuentes a estirarse al máximo para sacar con una mano y evitar el 1-0.

La clara oportunidad de los asturianos causó un efecto vitamínico en los amarillos, que empezaron a aparecer en ataque con verdadero peligro y tuvieron muy cerca el 0-1.

En el 28, Mariño repelió un zurdazo de Fali a bocajarro a la salida de un córner y del posterior saque de esquina brotó un cabezazo de Álvaro Giménez con el que el ariete estrelló el cuero en el poste mientras Nano Mesa se quedó a un milímetro de llegar a puerta vacía. No fue gol de milagro.

La oleada de los gaditanos fue el anuncio del paso al frente de un equipo que fue creciendo en solidez y en soltura, con la sensación de poder dar el golpe en cualquier momento.

Salvi entró por su lado natural con facilidad, Nano Mesa cumplió en el carril izquierdo y Álex se erigió en el soporte en todas las zonas de tres cuartos y Álvaro Giménez, además de rematar al palo, demostró eficacia en el juego de espalda. Todos escoltados por Garrido y José Mari.

El descanso irrumpió después de una primera parte frenética, con un Cádiz de menos a más que neutralizó a los rojiblancos.

El arranque de la segunda parte fue de todo menos bueno y además fue lo que marcó el devenir del encuentro. El líder tiró el partido a la basura en poco más de un cuarto de hora.

Los visitantes provocaron un par de saques de esquina reflejo de su aparente control que saltó por los aires de la nada en el minuto 53. No daba sensación del peligro el Sporting pero en un abrir y cerrar de ojos fabricó el 1-0. Murilo controló en la derecha, centró con la zurda con una rosca al interior del área y Álvaro Vázquez, más listo que toda la defensa, se anticipó en el salto y remató de cabeza con un giro de cuello con el que trasladó el cuero al palo contrario.

Si el 1-0 resultó un mazazo, el tanto llegó acompañado además de la lesión de Garrido justo en el mismo minuto. Y para colmo, la roja directa que poco después vio José Mari (en el 64) por una durísima entrada sobre Pedro Díaz. Se excedió el roteño y la merecida expulsión abocó a los gaditanos a una recta final en inferioridad numérica y con el marcador en contra.

Cervera se jugó las cartas de Iván Alejo, Choco Lozano y José Manuel Jurado, dispuso una defensa de tres hombres y el equipo se fue arriba con todo, con Álex de mediocentro. Pero no hubo manera. El juego se trabó y los amarillos fueron incapaces de llegar al área contraria con posibilidades reales de empatar.

El Cádiz se había hecho el harakiri. Con el 1-0 dejó de existir, sin opciones en ataque más allá de algún acción a balón parado. Ni siquiera llegó a tirar a puerta. Nada de nada y restan 13 jornadas que pueden ser eternas.

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