Se están riendo del Cádiz CF dentro y fuera del campo
El equipo es perjudicado en el césped y amenazado de sanción en los despachos
Cádiz/El Cádiz CF disfruta, sufre, pelea, gana, pierde, empata…. Se enfrenta a los mejores y exprime sudor en busca de la salvación. Está siendo una temporada intensa la de su vuelta a la máxima categoría, condicionada por la ausencia de una afición que no puede acceder al estadio Carranza por la maldita pandemia.
Era previsible que el Cádiz CF, como equipo modesto y además recién ascendido, tuviese que pagar la cuota que supone ser novato después de tres largos lustros de ausencia en la Liga de las estrellas.
No le iban a regalar nada y hasta le podían quitar algo al conjunto amarillo, pero la situación llega a unos extremos que roza la humillación. Se están cachondeando de la entidad cadista y aquí no pasa nada. ¿Hasta cuándo?
El penalti sobre Alberto Perea, la mano de Koke, la doble expulsión en San Mamés… El Cádiz CF no está siendo bien tratado en Primera, ni en el terreno de juego ni en los despachos. Maniatado por todas partes, el club batalla contra los elementos que complican aún más el reto de la salvación.
Los errores arbitrales se amontonan en contra de un equipo al que de nada le sirvió plantar cara al todopoderoso líder, que tuvo en el colegiado a su particular ángel de la guarda.
En el club del Carranza guardan un discreto mutismo porque consideran que de nada sirve exteriorizar las quejas más que para enfadar a los que mandan y exponerse a algún castigo. Se sienten perjudicados pero callan porque además la guillotina de la sanción le puede caer encima en cualquier momento al entrenador, Álvaro Cervera. El Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) aún no ha decidido sobre los cuatro partidos que impuso el Comité de Competición y ratificó el de Apelación.
Todos se muerden una lengua que sangra de tanto callar. Ya no se puede hablar si perteneces a un equipo pequeño que no sólo tiene que defenderse sobre el césped. La Lucha No se Negocia traspasa los límites del rectángulo de juego. El Cádiz CF está siendo pisoteado por no se sabe quién y/o qué. La pregunta es hasta cuándo.
Machacado dentro del campo y también fuera, porque a quien ose hablar más de la cuenta le meten un castigo ejemplar que no sufren otros que militan en clubes más poderosos. Así está montado el tinglado.
El Cádiz CF decide no criticar en público y su decisión es respetable porque busca lo que considera lo mejor para la entidad. No meterse en líos que le puedan perjudicar.
Mientras, la afición está que trina con los arbitrajes que está presenciando desde la distancia. Su equipo podría estar ya cerca de la salvación, pero le está frenando porque encaja más en la zona trasera que en la parte alta.
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