Roger, una alternativa y una esperanza para el Cádiz CF

El Cádiz CFnecesita de todos para estar donde pretende esta campaña. La Copa del Rey, la victoria clara sobre el Real Jaén (0-3), dejó una noticia esperada que representa la era que busca el equipo a partir del triunfo ante el Oviedo (2-0). Un ciclo de positividad que el equipo lleve de la mano con buenos resultados, que ya posteriormente vendrán las sensaciones.

El Nuevo La Victoria fue testigo del regreso de Roger Martí, lesionado desde el 24 de agosto -antes del encuentro contra el Levante-, que recuperó sensaciones sobre el verde, sumando y aportando para ir alcanzando el punto que le haga ser un atacante diferencial. Después del descenso, su continuidad alimentaba la esperanza de un hombre-gol fundamental para un aspirante.

Sin embargo, a Roger se le hizo de noche en la semana previa a la segunda jornada de Liga. Un golpe en el tobillo operado la pasada temporada encendieron las alarmas; el ariete viajó a Valencia pero ya no pudo tomar parte en aquel encuentro. Se le apagaba la luz cuando su deseo y el del cadismo era disfrutar de la mejor versión, y han sido más de dos meses de tensa espera porque en el campo a sus compañeros no les iba bien.

Jaén fue la casilla número 1 para Roger. Vuelta al campo con la bandera ern su mano para querer poner las cosas complicadas en una demarcación en la que Chris Ramos y Carlos Fernández están teniendo el principal protagonismo. La última palabra en el Cádiz CF, en la parcela deportiva, la tendrá Paco López, quien a partir de ahora tendrá el bendito problema de tener que sentar en el banquillo a un buen atacante.

Roger llevaba varias semanas con el equipo cuando en la última jornada de Liga el entrenador decidió que se vistiera de corto. Era el mejor mensaje para el delantero del Cádiz CF, para sus compañeros y para el propio técnico. Llegaba el Oviedo con el proyecto y el preparador contra las cuerdas, aunque era el momento de ver al delantero en esa lista de la que se ha ausentado tantas jornadas. Si el equipo amarillo tenía que perder, con la posibilidad del adiós al entrenador, Roger tenía que ser uno más aunque aún no estuviera para tener minutos.

La Copa le devolvió la ilusión de ser futbolista acumulando 22 minutos que, aunque fueran contra un rival de Tercera Federación, tienen el mismo valor que la experiencia de haber jugado en los mejores estadios de España.