El secreto mejor escondido de Garitano en el Cádiz CF

Los marcadores no tardaron en llegar desde la llegada de Gaizka Garitano al banquillo del Cádiz CF. Y cuando esos resultados han ido dando vida en la clasificación, el juego también se va acomodando en aguas más alegres en la categoría. La forma de ganar en el campo del Racing de Santander, que antes de la pasada jornada era el campo del líder, demuestra que este Cádiz CF da gusto su apuesta en el verde. Nueve semanas de competición para convertir en ganador a un equipo que navegaba por las aguas que conducen a Primera Federación.

En el fútbol no hay varita mágica, aunque sí el premio al trabajo. Partimos de la base de que todos los entrenadores tienen que trabajar, aunque luego el resultado no siempre va de la mano. Garitano y su secreto inconfesable ha alcanzado el corazón de la plantilla hasta creer sin límites en su propuesta.

El primer aspecto que se ve a simple vista es que con el actual preparador el Cádiz CF ha dejado de ser una máquina de encajar goles. Ocho ha recibido con el vasco en el banquillo en nueve jornada, teniendo en cuenta que cuatro han sido de penalti. Si se compara con los 28 goles en 18 partidos con Paco López, no es necesario hacer muchas cuentas para entender que el trabajo defensivo del equipo amarillo es uno de sus éxitos.

A partir de aquí, el Cádiz CF ha mostrado gol a pesar de los miedos del técnico por la carencia de pegada en ataque. Con el mercado de invierno en marcha, solicitaba dinamita arriba y en un extremo. Nada de nada. Con Roger lesionado y dudas con la capacidad de Chris Ramos y Mwepu -con el que apenas cuenta Garitano-, el escenario no era el más apropiado. Sin embargo, los goles han ido apareciendo en diversas líneas poco habituales como es la defensa, donde destacan los tres tantos del lateral zurdo Mario Climent.

Todos los futbolistas creen en lo que se hace y aquello de que la fe mueve montañas se ajusta a lo que vive el Cádiz CF de la 'era Garitano'. Suplentes que hacen las veces de titular a un buen nivel, cambios obligados -por sanción o lesión- que apenas se notan y un compromiso alto que lidera la bandera del responsable del banquillo son algunos de los aspectos que marcan la diferencia entre el proyecto de Paco López y el actual.

El secreto del vasco es conseguir ganarse al vestuario con hechos; lo que dice, lo que ensaya, lo que propone y lo que le proponen -ayudantes y jugadores- está dando juego y resultados haciendo bueno aquello de que esto es cosa de todos, no solo del entrenador. Y Garitano se ha ganado al cadismo haciendo poco ruido y sumando muchos puntos de forma convincente como en El Sardinero, donde muchos desde la distancia se frotaban los ojos para creer aún más en lo que ven. Y lo que ven invita a soñar.