Una suave y esperanzadora cuesta de enero para el Cádiz

Los amarillos abandonan los puestos de descenso tras sufrir cinco jornadas en las catacumbas

Una suave y esperanzadora cuesta de enero para el Cádiz
Una suave y esperanzadora cuesta de enero para el Cádiz
Jesús Jaques Nuche / Salamanca

02 de febrero 2010 - 05:02

Pocos podían pensar que el Cádiz iba a poder terminar el mes de enero fuera de la zona de descenso con el calendario que tenía por delante. Los primeros 31 días del año venían cargados de partidos: hasta cinco jornadas, de las cuales al equipo amarillo le tocaba jugar dos en casa y tres en campo contrario. No era el escenario más adecuado para, a priori, escalar posiciones en la clasificación, pero los resultados positivos cosechados en los dos partidos consecutivos a domicilio (cuatro puntos de los seis en juego), acompañados de los tropiezos de los rivales directos, han colocado al cuadro cadista en una situación que invita al optimismo de cara a la segunda vuelta recién comenzada.

El Cádiz entró en barrena justo antes de Navidad y pasó esas entrañables vacaciones metido en las catacumbas por primera vez en la temporada. El puesto de Javi Gracia en el banquillo empezaba a peligrar seriamente y la entrada de año no pudo ser más nefasta. La dolorosa derrota en Carranza ante el Nástic de Tarragona (0-1), en la que el conjunto amarillo ofreció una pobre imagen, hizo estallar a la afición y fue el golpe de gracia definitivo para un técnico sentenciado salvo un milagro en San Sebastián que no se produjo. El 4-1 de Anoeta supuso el final de una etapa que dio paso a la actual bajo el mando de Víctor Espárrago, secundado por su inseparable Luis Soler.

El club, con Antonio Muñoz a la cabeza, contrató los servicios del uruguayo y el argentino con la única y complicada misión de sacar al equipo del pozo y conducirlo a la senda de la salvación. Pasar la temporada del centenario en Segunda B es un trago difícil de digerir sólo con pensar en esa triste posibilidad y la apuesta de la entidad ha sido, en principio, la más segura.

El estreno del uruguayo en el banquillo fue en Carranza contra el Huesca en un choque que acabó como empezó (0-0). Apenas llevaba tres días entrenando al equipo. La ovación que le dedicó el público gaditano antes del encuentro le hizo comprobar que todas las esperanzas del cadismo están depositadas en él.

Soria marcó el camino a seguir. En el coqueto campo de Los Pajaritos se vieron visos del Cádiz que quiere Espárrago: orden, disciplina, entrega máxima, buena colocación en el terreno de juego, ayudas entre compañeros sin dejar espacios al rival... y efectividad en ataque. El 1-3 ante el Numancia renovó las ilusiones del cadismo que estaban adormecidas y demostró que el equipo puede conseguir la permanencia si mantiene esa línea. El paso por Salamanca ha corroborado las posibilidades de la escuadra amarilla, que supo resistir con un jugador menos el empuje de los locales e incluso tuvo opciones de llevarse la victoria.

El Cádiz está clasificado justo en el primer puesto por encima del infierno, un punto por delante del Girona, dos más que un renacido Murcia y más distanciado del Real Unión (seis más) y el Castellón (siete más). Sí, sólo está un punto por delante, pero si mira hacia arriba se observa que también está sólo un punto por debajo de Celta y Huesca, a dos del Albacete, a tres de Recreativo y Las Palmas y a cuatro del Córdoba, ya en la zona templada de la tabla.

La plantilla del Cádiz está más sonriente que nunca. No es para menos. El equipo ha salido de los puestos de descenso después de permanecer estancado durante más de un mes en el decimonoveno peldaño de la clasificación. El trabajo está dando sus frutos, aunque lo mejor debe estar por llegar si los amarillos quieren huir lo más lejos posible de la planta baja de la tabla. El delantero Toetdli se muestra contento por el punto obtenido en Salamanca y general por el buen rendimiento en las dos salidas consecutivas que se han saldado con resultados positivos. "Sacar puntos fuera no es fácil y los hemos conseguido dos semanas seguidas en campos complicados". El punta argentino apunta que el cambio de entrenador ha ayudado a elevar la moral de la plantilla", aunque recuerda que "todavía quedan muchos partidos por jugar y tenemos que certificar en casa lo que hemos traído en estos últimos viajes".

Ésa es la clave. Los puntos que todavía están en juego. Por eso Enrique, uno de los capitanes de la nave amarilla, pone los pies en el suelo y dice que aunque el equipo lleva tres partidos consecutivos sin conocer la derrota, "tampoco hemos hecho nada del otro mundo. Tenemos que seguir trabajando día a día, partido a partido, para sacar la cabeza de ahí". Y es que, aunque el Cádiz ha dejado la zona de descenso, todavía está cerca de ella (a un punto).

El lateral Cifuentes, injustamente expulsado en Salamanca por doble amonestación, resalta la elevada moral del grupo tras las dos salidas. "Estamos con la moral alta, hemos cogido el nivel que hacía falta para salir de donde estábamos y estamos sabiendo jugar los partidos". Ahora, a su juicio, "hay que ganar en casa el próximo partido para hacer valer los puntos que hemos logrado fuera".

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