El tiempo, ese maldito enemigo para el Cádiz CF
Cádiz CF
El club continúa a la espera de conocer la fecha del comienzo de la Liga, lo que dará paso a poder fijar el arranque de la pretemporada
Cádiz/Desde el seno del Cádiz CF hay mucha tela por cortar antes de que la pelota vuelva a rodar en competición oficial. Pero no cabe duda que hay una planificación que depende de unas fechas y hasta que éstas no estén cerradas, el trabajo se va fijando con bases que tienen poca solidez.
El club gaditano tiene muchas cuestiones sobre la mesa, especialmente las que afectan a la salida y llegada de futbolistas, si bien se mueve en un calendario indefinido hasta que no se conozca, de manera oficial, la fecha del comienzo de la Liga en Primera División. Ese dato fija de forma inevitable el arranque de la pretemporada por aquello de cumplir con las semanas adecuadas para preparar a una plantilla.
LaLiga no marca claramente un posible fin de semana para que la pelota empiece a rodar en Primera División. Se ha hablado del 11, 12 y 13 de septiembre como fecha que mejor se ajusta a una campaña que será un poco de locos por la carga de encuentros en menos tiempo que otras veces. Hay que tener presente que además de que su inicio será más tarde, el año que viene se debe celebrar la Eurocopa suspendida este verano con motivo del coronavirus. Eso quiere decir que la competición debe estar acabada antes que en una campaña normal para que los internacionales puedan preparar con suficiente antelación el torneo que reúne a los combinados del 'viejo continente'.
Cierto es que suena casi a chiste fijar una fecha de comienzo cuando el loco curso 2019-20 todavía no se ha cerrado. Queda pendiente la fase de ascenso a Primera División, con una polémica de fondo que debe aclarar si la juega como sexto clasificado el Elche o el Fuenlabrada. Si a este lío le añadimos que el equipo madrileño sigue afectado por los positivos y haciendo aún vida, 12 días desde su llegada para enfrentarse a Deportivo, en un hotel de A Coruña, cualquiera sabe cuándo y cómo se pondrá el punto y final a una temporada para no olvidar no sólo por el ascenso del Cádiz.
La locura, en cierta medida, lleva bastantes años instalada en un fútbol que no es para cuerdos. Esa espiral arrastra a los clubes a tomar decisiones que al final pueden pasar factura si los acontecimientos no son los esperados. LaLiga habla de entre el 11 y el 13 de septiembre como pistoletazo de salida, aunque realmente todo dependerá de cuándo se pueda acabar la campaña 2019-20 y de la evolución de los repuntes de los brotes que han empezado a dar la cara en diferentes puntos del país mucho antes de lo esperado.
Desde el Cádiz, como en la mayoría de los clubes, se lleva con resignación e impaciencia la falta de noticias. Hay que fijar un arranque de pretemporada y se mira con cierta decisión al entorno del 10 de agosto, días antes o días después. Los jugadores tendrían unas tres semanas de vacaciones y sería el momento de volver a empezar. La tercera pretemporada en un año contando con la obligada tras el confinamiento.
Una pretemporada en la que se desconoce si existirá la posibilidad de disputar partidos amistosos, tal y como se desarrollaban antes del Covid-19. Otros veranos el equipo amarillo jugaba, al menos, un partido preparatorio cada semana de pretemporada. Sin saber si podrá seguir esa hoja de ruta y si, además de la autorización propia de someterse a los test, los rivales -habitualmente equipos modestos que no son profesionales- tendrán capacidad económica para pasar las pruebas para saber si están 'limpios' de cara a esos partidos de preparación, el escenario pinta oscuro por la profunda incertidumbre que rodea todo.
Despejar el camino de jugadores que sobran es ya una labor para no perder tiempo en la oficina del Ramón de Carranza. Con 39 futbolistas a la espera de vestir de amarillo, la puerta de salida habrá que calzarla para que no se cierre hasta que acabe el mercado de incorporaciones. Bajo esta tensión para dar forma a la plantilla del retorno a Primera División, los dirigentes no pueden cerrar fechas para la pretemporada, amistosos e incluso una concentración a pesar de que las circunstancias no son muy propicias para ello.
Planificar bajo esta incógnita es complejo para todos los equipos, pero no cabe duda que es mayor la adversidad para un modesto recién llegado a la élite que sabe que su margen de error es mínimo en todos los ámbitos para soñar con la permanencia. En esa vertiente entra una pretemporada buena en cuanto a días de trabajo -que no se quede corta ni resulte excesiva-, la disponibilidad de disputar bolos aunque fuera contra el filial y fijar las dobles sesiones de entrenamientos como recomiendan los preparadores físicos, a fin de que la carga sea la correcta para al menos los siguientes ocho o nueve meses de competición.
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