La vida puede ser maravillosa
Rayo Vallecano | cádiz · la crónica
Mérito El Cádiz saca un punto en la complicada visita a Vallecas pese a ir por detrás en el marcador en dos ocasiones Reacción Los amarillos firman una segunda parte impecable en la que salen a por la victoria desde el principio
La justicia es lenta. Y al Cádiz, le está tardando en sonreír. El equipo de Javi Gracia, de menos a más, provocó ayer que se acabara pidiendo la hora en el Teresa Rivero de Vallecas. Y lo hizo una vez repuesto de un mal inicio de partido y tras igualar por dos veces un marcador que se le había puesto en contra cuando mejor estaba haciendo las cosas y cuando el Rayo Vallecano, noqueado, parecía ir camino de la lona.
Exhibió personalidad el Cádiz y exhibió personalidad Javi Gracia. El entrenador navarro, que había dejado fuera de la lista de elegidos a Diego Tristán por tercera vez en lo que se lleva de temporada, clavó el equipo que tan cruelmente salió derrotado ante el Cartagena en la última jornada. Sólo un cambio: Cifuentes retornó al lateral izquierdo en detrimento de Raúl López. Le salió bien la apueta a Gracia. Y esta semana no se hablará del internacional sevillano. Se hablará de Ogbeche, bigoleador en Vallecas, y se hablará de Cristian, que se marcó un partidazo. Y se hablará de Erice. También se seguirá hablando de Enrique y de Abraham, pero no diciendo cosas bonitas.
El Cádiz saltó al terreno de juego como un equipo de astronautas que pisa por primera vez un planeta: con movimientos comedidos, a verlas venir y sin dar un paso atrevido. El Rayo, en cambio, parecía el inquilino del planeta y no tardó en merodear por el área de Kiko Casilla, aunque eso sí, sin vacilar lo más mínimo. Al Cádiz le costaba llegar a territorio enemigo. Piti, que lo intentaba de todas las maneras, sobre todo desde lanzamientos lejanos, y fue uno de los hombres más destacados en el conjunto local, se revolvió en el área cadista poniéndole un sombrero a Dani Fragoso y el balón acabó en las botas de Jofre, que disparó sin éxito. La respuesta del Cádiz no se hizo esperar. Abraham pasó a López Silva y, el onubense, sin dejar caer el balón, trató de sorprender por arriba a un Cobeño muy seguro.
Parecía que el Rayo perdía fuerza y el Cádiz ya se sentía cómodo en el planeta vallecano. Con los amarillos entonados, Enrique elegía el peor momento del mundo para resbalarse y, acto seguido, justo antes de la media hora, llegaba una ocasión de oro para los amarillos: Ogbeche tiraba a puerta y el balón daba en un defensa. Cobeño, con apuros, le quitó a Enrique la ilusión por llegar a tiempo al rechace.
Cuando todo apuntaba al gol visitante, jarro de agua fría local. Enésimo jarro de agua fría para un plantel que confía en sí mismo como nadie confía en él. Míchel asistía a Rubén Castro y el canario adelantaba a su equipo, igualando a Guillerme en eso de marcar en las filas del Rayo durante cinco jornadas consecutivas. Otra vez con cara de tonto al descanso y Javi Gracia que apostaba por Fran Cortés. Con el equipo crecido, Ogbeche fusilaba para hacer el empate tras un centro de Cristian. Motivado, con confianza... y otro palo. Esta vez era Rubén Castro quien asistía a Míchel, que marcaba tras entrar con velocidad y regatear con soltura a Kiki Casilla. Nada podía con el Cádiz, que rápido se rehacía para empatar de nuevo. Ogbeche, esta vez de cabeza y a placer, aprovechaba un buen centro de López Silva para marcar su segundo tanto. Al nigeriano le dejaron más solo que la una. Y es que la defensa del equipo de Pepe Mel no tuvo ayer precisamente su mejor día.
Desde entonces, y con Nano y Fleurquin ganándose la confianza del míster, pudo pasar del todo. El partido era bonito, abierto. Y el Cádiz jugaba con descaro, al toque y con profundidad. Al final, el empate, muy meritorio, se antoja hasta escaso. Y es que los amarillos firmaron una segunda parte impecable y acabaron jugando con soltura, reclamando un penalti sobre Cristian que pareció claro y que el árbitro no concedió en el minuto 93. Fue prácticamente la última jugada antes de pitido final, que acabó con Albacar viendo la segunda amarilla y la roja posterior por recriminar al lateral derecho del Cádiz la acción.
Empate con sabor agridulce, pero grandes sensaciones. Mejor la imagen que el resultado... y eso que un empate en Vallecas no lo saca cualquiera. La vida puede ser maravillosa.
Árbitro: Lizondo Cortés (valenciano). Auxiliado por Escribano Pérez y Cebrián Devis.
Tarjetas: Amarillas Cifuentes (45'), por el Cádiz; Quero (87'), Susaeta (88') y Serrano (93'), por el Rayo. Rojas Albacar (62' y 93').
Goles 1-0 (37') Rubén Castro. Gran asistencia de Míchel al delantero canario, que no desaprovecha la ocasión para batir por bajo a Casilla en un mano a mano. 1-1 (51') Ogbeche. El nigeriano aprovecha que el balón le queda muerto en los pies en el área chica tras un centro de Cristian para fusilar a Cobeño. 2-1 (61') Míchel. Jugada por la izquierda de Quero, que pasa a Rubén Castro y este al capitán del Rayo, que entra con velocidad, regatea a Casilla y marca. 2-2 (69') Ogbeche. Centro de López Silva desde la izquierda y el nigeriano, libre de marca, remata de cabeza a placer.
Incidencias: Partido de la octava jornada disputado en el estadio Teresa Rivera ante aproximadamente 15.000 espectadores. Nutrida presencia de seguidores amarillos, en torno al millar. El Cádiz llegó al estadio a las 17:25 horas al toparse el autobús de la expedición con una manifestación.
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