La playa de Camposoto, un paraje natural cinco estrellas y con legado militar

La temporada de playa en Cádiz va más allá del verano. En otoño e invierno estos parajes del litoral gaditano se convierten en un lugar fantástico para pasear y disfrutar de los deportes acuáticos. Por su privilegiada ubicación la provincia gaditana cuenta con playas urbanas, vírgenes, kilométricas y en forma de calas paradisíacas repartidas por el litoral.

Para hablar de estos tesoros naturales es imprescindible dirigirse a San Fernando para destacar una de sus joyas que conforman el Parque Natural Bahía de Cádiz. Se trata de la playa de Camposoto, considerada como una de las mejores playas de la provincia gaditana ideal para contemplar zonas de marismas naturales de gran valor ambiental.

Esta playa de cinco estrellas ostenta bandera azul y la Q de Calidad Turística. Además, es una de las más accesibles de Andalucía ya que cuenta plataformas de maderas, módulos de baño, duchas adaptadas, etc cuya pintoresca decoración te recordará a alguna de las playas de California. Otra de las características que la hacen atractiva al visitante es que existe una zona habilitada para que puedas disfrutar de la playa con tu mascota. Por lo que durante los meses de verano, este lugar se convierte en una de las playas caninas más visitadas de la costa gaditana.

Además, dar un paseo por esta playa con pasado histórico, del que todavía quedan vestigios militares en forma de búnkeres, te llevarán hasta un entorno único con unas vistas increíbles al Castillo de Sancti Petri. Esta zona más cercana a este enclave histórico es mucho más natural y podrás llegar hasta allí caminando por la orilla del mar o a través del sendero hacia la Punta del Boquerón, declarado Monumento Natural de Andalucía.

Tal y como mencionábamos anteriormente, a lo largo del paseo podrás encontrar dos búnkeres que forman parte de la idiosincrasia de esta playa y que dejan un reflejo de que este lugar siempre fue un punto estratégico de vigilancia y defensa. Estos vestigios militares despiertan la curiosidad de los visitantes, quienes detienen su paso para fotografiarlos.