Jimena de la Frontera, una joya en Cádiz para desconectar este otoño
Enclavada entre la sierra de Ronda y la bahía de Algeciras, Jimena es una joya dentro del enclave del Campo de Gibraltar. Recomendada por la revista de viajes Conde Nast Traveler como uno de los ocho pueblos desconocidos que hay que descubrir, este tesoro de la provincia de Cádiz ofrece muchos encantos a los viajeros que quieran desconectar este otoño.
Y es precisamente esa desconexión la que destaca la célebre revista especializada en viajes, una “joya” donde reina “la paz y tranquilidad propios de los pequeños rincones del interior gaditano”. Por ello, os vamos a dejar algunas recomendaciones de lo que no te puedes perder si visitas Jimena de la Fontera.
Cueva de la Laja Alta
Poblada desde la Prehistoria, en el yacimiento de la Laja Alta se conservan pinturas rupestres que son el único ejemplo de escenas marítimas del bronce en España. Situado en la carretera en dirección a Jerez, en la finca de Altabacar, se encuentra uno de los abrigos rupestres más representativos del Arte Sureño.
Las pinturas esquemáticas que conforman su conjunto, abarcan temáticas muy diversas, desde las figuras antropomorfas, zoomorfas e ídolos, hasta la escenas de embarcaciones, siendo considerado por los investigadores como uno de los santuarios rupestres más importantes de la época.
Castillo de Jimena
Con la invasión musulmana, Jimena se refuerza para servir de enclave estratégico. Al estar en la frontera, surgen fortalezas de importante valor histórico, como su castillo. Declarado Monumento Nacional en el año 1931, el Conjunto del Castillo de Jimena de la Frontera se alza estratégicamente sobre el denominado Cerro de San Cristóbal.
Representa, por su envergadura, el conjunto monumental de mayor importancia de la localidad desde épocas remotas, pues su ocupación data desde la prehistoria como demuestran las cuevas de arte rupestre sitas no muy lejos de él, pasando por los tartésicos, bástulos, turdetanos, fenicios, romanos, musulmanes y cristianos, que dejaron su legado arquitectónico y cultural en la ciudad actual.
Este monumento data de los siglos XIII-XIV (Bien de Interés Cultural). Además de las murallas almenadas destacan la torre del Homenaje, la torre Albarrana, los aljibes y puertas de entrada como el arco del Reloj. Detrás del castillo se encuentra el baño de la Reina Mora.
Baño de la Reina Mora
Situado en la ladera occidental del Cerro de San Cristóbal, a escasos metros del recinto fortificado del conjunto monumental, se encuentra el denominado “Baño de la Reina Mora”. Su nomenclatura viene dada por la antigua creencia de que en la pileta tallada sobre la misma roca arenisca se solía bañar una reina mora.
Su cronología es difusa, pues existen numerosas construcciones por todo el Parque Natural de los Alcornocales que presentan las mismas características arquitectónicas, en las que se tallan una serie de oquedades donde se introducirían vigas de madera para construir una techumbre y crear así una estancia resguardada de las inclemencias climatológicas.
Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria
Situada en el Barrio Alto, la iglesia es de dos naves y es anexa al antiguo convento de los frailes mínimos o victorios, quienes en torno a 1600 se instalaron en el lugar, haciéndose cargo de una capilla anterior dedicada a Santa Ana y cuya denominación persistió en el tiempo. Se encuentra muy reformada, con airoso campanario, portada muy simple y un hermoso patio.
La iglesia debe su nombre actual a la patrona de Málaga. El origen de esta advocación se produce en el cerco de Málaga por los Reyes Católicos, que recibieron del emperador Maximiliano de Austria una imagen de la Virgen, a la que pusieron el nombre "de la Victoria".
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