Dos apasionantes rutas que quizás no conocías pero que merecen la pena descubrir en este pueblo de Cádiz
Al estar a un paso del Parque Natural de los Alcornocales podrás disfrutar de un paraje natural incomparable
Esta ruta cerca de uno de los pueblos más bonitos de Cádiz es una maravilla natural que esconde unas cascadas en su recorrido
Llega el fin de semana y toca disfrutar del tiempo libre. Los amantes de la naturaleza eligen siempre descubrir nuevas rutas de senderismo para conectar con el entorno natural, hacer deporte y experimentar momentos de calma. Si te apasiona hacer rutas los fines de semana quédate porque te indicaremos cuáles puedes hacer tomando como punto de partida San José del Valle.
Este pueblo de Cádiz, cuyos orígenes se remontan a la época musulmana, es el punto de intersección entre la Ruta de los Pueblos Blancos y la Ruta del Toro. Entre sus intereses está el Castillo de Gigonza y las ruinas de los Baños de Gigonza, además de que está a un paso del Parque Natural de los Alcornocales, por lo que podrás disfrutar de parajes increíbles como el nacimiento de las aguas de Tempul o la sierra de las Cabras.
Ruta de los Baños
Tiene como punto de partida San José del Valle. Se denomina así porque el interés de esta ruta son los Baños de Aguas Sulfurosas. Esta ruta tiene dificultad fácil, un recorrido de aproximadamente cuatro kilómetros y se puede hacer tranquilamente en unas dos horas. Según indica Turismo de San José del Valle, este itinerario parte del castillo en dirección a una zona boscosa muy cercana donde impera la umbría y el silencio. Podrás continuar por una zona menos arbolada donde aparecen restos pétreos, que nos recuerdan la antigüedad de la zona, hasta un lugar denominado Los Canchales, auténtico laberinto de rocas cubiertas por una espesa vegetación propia de la zona.
Inmediatamente después, se dejarán ver las ruinas de los que fueron los famosos Baños de Gigonza. Una vez aquí podrás detenerte y tomarte un descanso para visitar las ruinas y observar las estructuras de las rocas que aparecen dispuestas de forma intencionada y en las que se intuyen antiguas construcciones. Este lugar está permanentemente cubierto de flores silvestres que varían según la época del año por lo que se recomienda realizar esta ruta en primavera. A partir de aquí y, como tramo final, podrás regresar al castillo recorriendo la que fue la antigua carretera que conducía a la Casa de Baños de Aguas Sulfurosas de Gigonza.
Ruta de los Molinos
Al igual que la anterior ruta, esta también tiene como punto de partida San José del Valle. Se le conoce así porque tiene como interés las construcciones bien conservadas de lo que fueron laboriosos molinos accionados por la fuerza del agua. También tiene una dificultad fácil, su recorrido es de aproximadamente cinco kilómetros y la duración es de dos horas y media.
Siguiendo las indicaciones de Turismo de San José del Valle, este itinerario consiste en recorrer el mismo camino por donde era conducida el agua que partía de un huerto contiguo al castillo y, deslizándose por la pendiente del terreno a través de piscinas y aljibes, llegaba hasta el molino donde irrumpía con fuerza haciendo mover los pesados mecanismos necesarios para la molienda.
La ruta comenzará del castillo en dirección a la Fuente de la Mora, escenario de la leyenda local que lleva su nombre. Una vez aquí, seguirás la pendiente hasta llegar al primero de los muy bien conservados molinos de posible origen árabe. Después de recorrer un entorno semiárido, aparecerá junto al molino una espectacular cueva natural formada por una espesa masa vegetal que esconde una pequeña cascada donde el agua corre lentamente, a través de caprichosos canales hasta terminar en un pacífico y sosegado arroyo rodeado de juntos y cañaverales. El conjunto forma un maravilloso entorno bucólico propio de cuentos de hadas que merece una pausa para contemplarlos antes de seguir la marcha.
Continuarás el recorrido siguiendo el curso del arroyo que nos lleva hasta el segundo molino, con un entorno no menos gratificante que el anterior. Dejarás atrás el segundo molino hasta alcanzar la piscina donde se recoge el agua para regar y sede la que podemos admirar la interminable profundidad del valle. Desde aquí, retornaremos al castillo no sin antes refrescarnos en la Fuente de Gigonza, situada a pocos metros del castillo y donde, desde tiempos inmemoriales, brota el agua de forma ininterrumpida incluso en las épocas de acuciante sequía.
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