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Un polémico arbitraje impide la victoria del Cádiz CF en Almería (1-1)

La cala de Conil donde puedes ver un búnker en los acantilados

En uno de los lugares con más encanto de la costa gaditana se encuentra esta joya histórica

Los rincones más fotografiables de la costa de Cádiz

Vistas de la cala Puntalejo / A.c. Ruiz

El entorno salvaje de playas y acantilados de Conil es capaz de dejar grabada en nuestra memoria una imagen de postal difícil de olvidar. Intensos colores azules, verdes y rojizos de la piedra de los acantilados se funden con el cielo y la inmensidad del océano Atlántico. En una ruta desde el Faro de Roche por sus acantilados podrás descubrir la belleza sin límites de uno de los lugares con más encanto de la costa gaditana.

Desde este lugar podrás poner rumbo hasta la cala del Aceite, un enclave único y uno de los favoritos para quienes quieren escapar del levante. Sin embargo, muy pocos saben que contigua a esta cala existe uno de los lugares con más encanto de la zona. Se trata de la cala Puntalejo, que podrás encontrar a medida que avanzas por los acantilados de Conil rumbo a Fuente del Gallo. También puedes ir en coche desde Fuente del Gallo, aparcar por la urbanización y acceder por la bajada de arena a la que se accede a la playa.

La cala Puntalejo se asoma desde lo alto de estos acantilados, dejando marcada en tu retina una imagen de postal. Esta fantástica cala de Conil poco tiene que envidiar a las playas del Algarve en Portugal ya que aquí estarás bajo el refugio de los rocosos acantilados y podrás practicar snorkel en días en los que sus aguas son más cristalinas.

Entre sus peculiaridades se encuentra el búnker de Fuente del Gallo, que colinda con la playa que lleva el mismo nombre. Esta estructura sobresale del acantilado y delimita con la playa Fuente del Gallo. Se trata de uno de los búnkeres construidos tras la Guerra Civil, en la década de los 40 del siglo XX, como parte de la línea defensiva costera de la entrada al Estrecho de Gibraltar. Este búnker se conserva íntegro y en relativo estado de conservación, a pesar de que algunas de las paredes exteriores presentan un mal estado. Los más curiosos podrán acceder en su interior con precaución y contemplar desde su interior la belleza del mar y sus atardeceres desde una de sus ventanas al exterior.

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