Las calas más bonitas de Conil que no te puedes perder este verano

Uno de los grandes atractivos de la provincia de Cádiz cuando llega el verano es Conil. No sabemos si será la luz, el mar, el encanto de sus calles y sus casas blancas, su gastronomía o su gente, pero está claro que es uno de los favoritos del verano gaditano. Además del encanto de sus calles y casas encaladas típicas de los pueblos de costa, Conil cuenta con un entorno paradisíaco en forma de playas y calas.

En este municipio de Cádiz, la naturaleza es la principal protagonista. Además de las playas de la Fontanilla, Fuente del Gallo o la de los Bateles, Conil cuenta con numerosas calas idílicas donde desconectar y disfrutar de un paisaje único. Una belleza de la naturaleza que comienza en la urbanización de Roche, donde encontrarás a lo largo de sus acantilados unas maravillosas calas ideales para los días que sopla el levante.

Calas de Roche

Tal y como hemos mencionado anteriormente, las calas de Roche son muy especiales. A lo largo de un recorrido por los acantilados irás descubriendo la que mejor se adapte a tus necesidades. En este entorno podrás encontrar la Cala Encendida y la Cala El Áspero, una de las más desconocidas e idílicas del entorno. Bajo al abrigo de los acantilados irás descubriendo el resto de las calas como El Frailecillo, Cala Enebro, Cala del Pato, Cala del Tío Juan Medina y la Cala del Faro.

Cala del Aceite

Situada junto al puerto pesquero de Conil, encontrarás la cala del Aceite, una de las favoritas por ser una de las más extensas y por resguardar del viento. Aguas turquesas y cristalinas fundidas con la arena dorada y fina de esta cala hacen de este lugar un paraíso. En días cuando el mar está en calma puedes usar tu tabla de Paddel Surf para remar por la zona.

Cala Puntalejo

Desde la cala del Aceite puedes ir andando hasta esta cala siguiendo los acantilados, aunque en horas máximas de sol no es aconsejable por el calor. Para llegar hasta allí puedes hacerlo desde Fuente del Gallo y aparcar por la urbanización. Esta cala es preciosa ya que está rodeada de acantilados y del extremo que colinda con Fuente del Gallo sobresale un búnker construido tras la Guerra Civil, del siglo XX. Sin dudas, es una de las calas con más encanto de la costa de Conil.