La coqueta biblioteca callejera que fomenta la lectura al aire libre en este encantador pueblo de Cádiz

En tiempos donde la Inteligencia Artificial, las redes sociales y el elevado uso de los teléfonos móviles crece por instantes, parece que no queda espacio para detenerse y dejar el ruido a un lado. Cada vez resulta más complicado poner el modo avión y disfrutar de una agradable lectura, libro en mano.

Con el objetivo de fomentar el hábito de la lectura y que sea accesible para todos, algunos municipios de Cádiz han instalado en sus parques y playas unas Bibliotecas al aire libre. El último de ellos, en unirse a esta iniciativa, ha sido Alcalá del Valle, un encantador pueblo de Cádiz con menos de 5.000 habitantes.

En este mágico lugar de la Sierra de Cádiz, donde el tiempo parece detenerse, podrás encontrar una coqueta biblioteca callejera con forma de casita para pájaros. En su interior, libros de diferentes temáticas y de lectura para cualquier edad. Desde el Ayuntamiento de Alcalá del Valle animan a los vecinos a “coger un libro, disfrutarlo y devolverlo para que otros también puedan leer”.

Además, lo ideal es que la cadena lectora siga funcionando, así que si tienes en casa libros que ya no usas, podrás dejarlos en esta biblioteca callejera para que otras personas puedan adquirir nuevos conocimientos. Podrás encontrar esta coqueta biblioteca al aire libre en la plaza de la calle Real. ¿A qué esperas para descubrir nuevas aventuras literarias?

Alcalá del Valle

Tal y como su nombre averigua, este encantador pueblo de Cádiz se encuentra enclavado en un valle entre Málaga y la provincia gaditana. Su arquitectura ofrece un claro testimonio de su pasado de origen árabe, con sus calles de casas encaladas y de balcones repletos de flores, que invitan al visitante a recorrer cada uno de sus rincones. Su joya arqueológica son los dólmenes del Tomillo, conjunto megalítico con un menhir único en la provincia, encajados en un hermoso paraje natural.

Entre sus principales monumentos destacan la barroca iglesia de Santa María del Valle, el cortijo de la Cacería (s. XVI) con apariencia de palacio y la ermita del Cristo de la Misericordia. El agua, principal recurso natural de este pueblo blanco, está presente en todas sus manifestaciones artísticas; prueba de ello son el antiguo Convento franciscano de Caños Santos y la Fuente Grande.