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El corazón de Cádiz no deja de sorprendernos. La ciudad más antigua de Occidente aguarda en sus entrañas un pasado histórico único que deja buenas muestras de las diferentes civilizaciones que pasaron por la capital gaditana. De hecho, paseando por el casco histórico de la ciudad podrás descubrir los diferentes monumentos y rincones emblemáticos que te transportarán a otra época pasada.
Dicen que la belleza está en el interior, pero Cádiz brilla con luz propia gracias al encanto de su arquitectura. Observar la ciudad desde las alturas es uno de los principales intereses para los más curiosos, pudiendo disfrutar de unas vistas increíbles desde la Torre Tavira o la Torre del Reloj, entre otros. Sin embargo, existe una torre que, aunque no se puede visitar, no deja de cautivar a los gaditanos.
En el número 13 de la calle José del Toro se encuentra oculta, enigmática y bella una torre de planta octogonal cuya monumental fachada está adornada con pinturas esgrafiadas y azulejos. Hablamos de la Bella Escondida, una torre erigida en el primer tercio del siglo XVIII que es la única con planta octogonal en Cádiz que deslumbra por su peculiar diseño.
Además del encanto de su fachada, un halo de misterio envuelve la historia de la Bella Escondida. Según informa este artículo de Diario de Cádiz, la torre fue construida para que fuera admirada por una mujer, la hija del propietario del palacete de José del Toro. La leyenda cuenta que el padre de la joven mandó construir la torre para que su hija, que había ingresado en el convento ubicado en la calle Feduchy, pudiera contemplarla desde el patio de su nueva morada. Al observar la Bella Escondida la joven se podría sentir orgullosa de su familia y así tendría fuerza para soportar los votos de castidad, obediencia y pobreza.
La Bella Escondida es uno de los tesoros ocultos que conforman el skyline de la capital gaditana, aunque no es posible visitarla. Una torre que fue construida para ser contemplada y que se aleja del fin comercial con el que se erigieron el resto de construcciones que perfilan las alturas del centro histórico de Cádiz.
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