Una ruta muy especial para descubrir uno de los tesoros naturales de Chiclana
Este sendero se puede hacer también en bicicleta y es ideal par ir con niños
Noviembre es el mes de los Esteros, visítalos
Un 'Bosque encantado' que te hechizará y que está a menos de dos horas en coche desde Cádiz
Chiclana de la Frontera cuenta con lugares muy especiales para disfrutar de la naturaleza. Caminar por sus pinares, contemplar los bellos paisajes desde los acantilados de sus playas o simplemente descubrir los siete puntos mágicos que atesora esta localidad, son algunos planes que puedes hacer para disfrutar de sus encantos. La naturaleza está presente en este municipio gaditano, no solo en sus enclaves, también en las especies que habitan en este rincón de la provincia de Cádiz.
Esta localidad pertenece al Parque Natural de la Bahía de Cádiz, un impresionante paraje natural que deslumbra por el ecosistema que lo conforma. Disfrutar de estos encantos es fácil ya que en Chiclana existen varias rutas para disfrutar de las salinas y de las marismas, como el sendero que une esta localidad con San Fernando. Sin embargo, en esta ocasión hablaremos de otro lugar muy especial que te enamorará desde el primer momento.
El paraje natural se encuentra a la altura de la urbanización de Las Mogarizas, en la carretera de La Barrosa. Concretamente antes de llegar a la Venta Alegría, el restaurante Popeye y Sancti Petri. Podrás aparcar tu coche en los aparcamientos laterales de la misma carretera y comenzar el sendero una vez que cruces la puerta de acceso que indica que estás en las Salinas de Carboneros.
Esta ruta es muy sencilla y al ser un camino cómodo puedes realizarla con niños. De hecho, a los más pequeños les encantará descubrir los tesoros naturales que se ocultan por el camino. Tanto es así que podrán disfrutar de los patos, cangrejos o flamencos, ya que son algunos de los animales que encontrarás por el camino. Puedes hacer esta ruta a pie o en bicicleta, ya que el camino está en muy buenas condiciones.
Al entrar en este enclave verás la casa salinera de Carboneros y podrás elegir si seguir hacia adelante o girar a la derecha. Desde este punto comienzan los laberintos de agua y sus canales por los que se conducen el agua hasta la zona de cristalización de la sal. Una vez que avances encontrarás el caño de Carboneros a la derecha, el cual está alimentado por el de Sancti Petri. Mientras que a la izquierda queda el antiguo estero de la salina, sin duda alguna, uno de los lugares favoritos de los ornitólogos. En este punto recomendamos descansar y disfrutar del precioso paisaje antes de regresar sobre tus pasos al punto de inicio.
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