La felicidad se hornea en esta pastelería de uno de los pueblos más bonitos de Cádiz
En Castellar de la Frontera encontrarás este lugar de culto para los más golosos
El original roscón de Reyes que encontrarás en este pueblo de Cádiz
Qué ver en Castellar de la Frontera, un pueblo de Cádiz de cuento
¿A quién le amarga un dulce? A la vida hay que ponerle un poco de azúcar, la justa y necesaria, para poder disfrutarla. Hay muchas formas de ser feliz y una de ellas se consigue con la gastronomía. En la provincia gaditana podrás encontrar excelentes lugares para saborear los productos más típicos de la zona, pero también existen unos rincones que se convierten en lugar de culto para los más golosos.
Hablamos de las pastelerías, otro de los puntos fuertes de la gastronomía gaditana. Aunque la Navidad haya pasado y con ella los turrones, polvorones y roscones de Reyes, las pastelerías continúan manos a la masa para alegrarnos las frías tardes con un buen dulce. En esta ocasión nos desplazamos hasta uno de los pueblos más bonitos de Cádiz, Castellar de la Frontera, para dar a conocer Gastrokook, una pastelería "donde se hornea la felicidad".
Esta pastelería ha sido reconocida con un Solete de la Guía Repsol y con solo ver su Instagram ya se nos hace la boca agua. Cuenta con más de 5.000 seguidores en redes sociales y sus publicaciones no dejan indiferente a nadie. Croissant, turrones, tartas, milhojas...y un sinfín de productos completamente artesanales. En este establecimiento no solo se pueden consumir dulces de alta pastelería, también destacan sus cafés como otra de sus especialidades y panes artesanales.
Lorena Barroso y Daniel Rivera son el alma de Gastrokook, esta pastelería y cafetería fundada en 2016 que podrás encontrar en Castellar de la Frontera. Son muchos los que aprovechan su visita a este pueblo del Campo de Gibraltar para desayunar o merendar en este dulce y coqueto rincón de la provincia gaditana. Así que si este fin de semana no tienes plan te proponemos comenzar el día desayunando un buen café en Gastrokook o merendar después de hacer una ruta por el entorno natural de Castellar de la Frontera.
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