Dos paraísos naturales unidos por el Faro de Trafalgar

A lo largo y ancho de la costa gaditana existen auténticos paraísos capaces de deslumbrar a cualquier visitante. No importa si elijes Cádiz, Chiclana, Conil, Tarifa o Barbate, entre otros municipios costeros, cualquier playa gaditana tiene su propio encanto y se diferencia de las demás por sus múltiples atractivos.

Una de sus playas por excelencia es la de Los Caños de Meca, en Barbate. Allí se alza de manera imponente el Faro de Trafalgar, testigo de la batalla que lleva su mismo nombre en 1805 frente a las costas gaditanas, entre el bloque español y francés con el inglés (capitaneado por Horatio Nelson). Este emblemático lugar también fue escenario del maremoto de 1755 frente a las costas de Lisboa, que provocó grandes grietas en el fondo marino y surgieran olas de hasta 20 metros de altura.

Recorrer este entorno es una experiencia mágica que se debe hacer alguna vez en la vida. Caminarás por sus arenales hasta llegar al Faro de Trafalgar, desde donde se aprecian unas increíbles vistas hacia el mar y el entorno más salvaje. Pero si hablamos de playas emblemáticas por estas fechas es Zahora, donde el buen rollo y el ambiente están asegurados.

Zahora

La playa donde la artista Rosario Flores tiene su casa se encuentra a continuación de El Palmar, otra de de las playas con más encanto del litoral gaditano. Zahora cuenta con 3 km. de extensión y unos 40 metros de anchura, extendiéndose desde el Cabo de Trafalgar hasta el arroyo San Ambrosio. Esta maravillosa playa se divide en tres zonas, la primera, que va desde el mencionado faro hasta el chiringuito Sajorami; es conocida como La Aceitera o La Cala Isabel, la segunda zona, es la playa del Sajorami, que toma su nombre del conocido local y la tercera zona es la de la Playa de Mangueta, que llega hasta el arroyo.

Los Caños

Sin quitarle ojo al impresionante Faro de Trafalgar, Los Caños de Meca es sinónimo de libertad y el buen rollo. En la bajada a la playa encontrarás diferentes puestos de artesanía local para que puedas llevarte contigo un buen recuerdo. Además, desde este lugar podrás contemplar unos atardeceres de película y disfrutar de algunos de los chiringuitos de la zona como el Sajorami o la Jaima.