Así es la playa canina que está a las afueras de Cádiz en un entorno virgen y es de fácil acceso

Cada vez es más común disfrutar con tu mascota en la playa durante el verano. Algunos municipios de Cádiz solo permiten la presencia de perros en las playas durante la temporada de otoño e invierno, sin embargo, en verano algunos de ellos ofrecen zonas habilitadas en la costa para disfrutar de un fantástico día con tu mascota. 

Algunas como la playa de Camposoto (San Fernando), Lavaculos (Chiclana), El Aculadero (El Puerto) o de La Concha (Algeciras), entre otras, son algunas de las más visitadas. Este año como novedad, la ciudad gaditana ha estrenado una playa canina en un tramo de la extensa playa de Cortadura, exactamente a partir de Torregorda. 

Según indica la web de SrPerro, esta playa para perros no es apta para el baño humano, es de 465 metros y llega hasta un espigón tocando la arena, y que prohíbe el paso. Después empieza la zona militar. De los 465 metros totales, hay una franja de esparcimiento de 340 metros donde los perros tienen que ir con correa y se ha habilitado una zona acotada de 125 metros de longitud que queda delimitada con un vallado donde los perros sí que pueden estar sueltos.

Las mascotas deberán ir con correa en las zonas de acceso hasta llegar a la playa canina, que cuenta con 328 metros lineales donde podrán estar libres. La zona está señalizada y cuenta con paneles informativos con normas de uso y consejos. Las indicaciones de uso de esta playa canina de Cádiz son:

• Accede y sal únicamente por la zona habilitada
• Cumple con la normativa de protección y bienestar de los animales
• Respeta y protege la Fauna y Flora del litoral. No traspases la limitación establecida. 
• Queda prohibido el baño a las personas
• Mantén el control sobre tu perro y evita que cause molestias y/o daños
• Recoge los excrementos y deposítalos higiénicamente en lugares habilitados
• Los canes deberán cumplir a nivel sanitario con la normativa vigente. 
• Se deberá cumplir con la Ley 50/1999 y Real Decreto 287/2002 respecto a los perros potencialmente peligrosos.