El pueblo de Cádiz que tiene un increíble castillo que pocos conocen y cuyo origen es una incógnita
Este histórico lugar se encuentra en la cima de una ladera y desde aquí se puede contemplar unas increíbles vistas del entorno
El pueblo de Cádiz que tiene un santuario entre olivares que compite en belleza con una de sus joyas históricas

Los Pueblos Blancos de Cádiz tienen mucho que ofrecer, más allá de los parajes naturales que los envuelven. Historia, patrimonio y cultura son los pilares en los que se fundamentan estos encantadores lugares de la provincia gaditana. Algunos de estos pueblos fueron lugar de paso de diferentes civilizaciones, las cuales dejaron un legado monumental en ellos en forma de castillos, edificios y yacimientos arqueológicos, entre otros atractivos.
Espera es un típico pueblo de la Sierra de Cádiz situado en una ladera, en cuya cima se coronan los restos de un castillo. Este pueblo gaditano destaca por su legado monumental, no solo por su antigua fortaleza histórica, también por la ermita de Santiago y la iglesia de Santa María de Gracia.
Cabe destacar el encanto del Castillo de Fatetar, una joya histórica que domina el pueblo gaditano desde lo alto de la cima. Como dato curioso, se desconocen los orígenes de esta fortaleza, aunque sí se sabe que por él han pasado numerosas civilizaciones. Desde el Neolítico, visigodos, romanos, musulmanes y cristianos, puesto que se han encontrado restos de estos periodos de siglos pasados.
Desde la web del Ayuntamiento de Espera aseguran que, algunos autores consideran que “los cimientos del castillo pueden ser de origen romano por los trozos de cerámica, monedas e incluso un trozo de coraza de unas estatuas” que se han encontrado en los alrededores. Aunque de los visigodos existe “una ventana ciega con tres estrellas de seis puntas que se encuentra junto al brocal del aljibe, una piedra con decoración visigoda que se encuentra en la cripta de la iglesia parroquial y una hebilla de cinturón”.
Vestigios musulmanes y cristianos
Sin datar exactamente el origen de este castillo, su encanto radica en ese misterio que se esconde sobre sus orígenes. Se sabe que, durante la ocupación musulmana, “Abderraman III construyó el castillo árabe en el año 914, dejando como alcaide a Yamil Uqba al Balawi al mando de un nutrido número de caballeros. Tanto es así que, “historiadores musulmanes hablan de una vía de comunicación que pasaba por Espera”, señalan las mismas informaciones institucionales. De la dominación musulmana quedan restos como la Torre del Homenaje y una ventana ciega en forma de ovijal enmarcada en un alfil y restos de murallas y paredes.
En cuanto a las manos cristianas, “pudo ser conquistado por Fernando III el Santo en el año 1251, pero lo más seguro es que lo hiciera Alfonso X el Sabio en 1255 al conquistar Jerez”. Sin embargo, siguiendo con estas informaciones del Ayuntamiento de Espera “el castillo quedó en manos musulmanas, pasando definitivamente a manos cristianas en 1264, cuando los castellanos ocuparon y poblaron toda la comarca”.
Tras la Guerra de la Independencia el castillo fue abandonado y fue convirtiéndose en unas ruinas. Sin embargo, en 1984 comenzaron las limpiezas e incluso se descubrieron el suelo de unas habitaciones excavadas en la roca que se desconocían. Actualmente es propiedad de la Iglesia y fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento. Es de acceso libre, pero se recomienda consultar su disponibilidad en la Oficina de Turismo de Espera.
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