Este es uno de los pueblos de Cádiz más tranquilo para relajarse y desconectar hasta final de año

Hay lugares repartidos por la provincia de Cádiz que parecen haber sido diseñados para encontrar la paz y serenidad que tanto necesitamos en algún momento de nuestra vida. Quizás, a unos días de finalizar este 2024 y darle la bienvenida a un año más, te encuentras en este momento vital y estás pensando en desconectar en un lugar especial.

Así que si quédate para descubrir uno de los pueblos de Cádiz más tranquilo para desconectar hasta final de año. Para ello, toca poner rumbo al Parque Natural Sierra de Grazalema. Allí, enclavado las faldas de esta sierra gaditana, podrás descubrir un maravilloso pueblo declarado Conjunto Histórico.

La mejor manera de conocer Benaocaz es pasear por sus estrechas y laberínticas calles del Barrio Nazarí, que conservan su antiguo empedrado y que están flanqueadas por sus casas blancas y encaladas. Para conocer un poco su historia, este Pueblo Blanco de Cádiz fue fundado por los árabes en el siglo VIII y conquistado por las tropas cristianas en 1485.

Este pequeño pueblo de la Sierra de Cádiz, con menos de 700 habitantes, es uno de los mejores lugares para desconectar. Su ubicación y contacto con la naturaleza le convierten en un destino ideal para aquellos que buscan tranquilidad. Ofrece paisajes maravillosos, senderos ideales para caminar y hacer rutas de senderismo.

Uno de sus principales atractivos es la calzada romana que podrás descubrir en un sendero que nos lleva desde este pueblo gaditano a Ubrique. Es una de las excursiones más típicas del Parque Natural y, en la parte final de este camino, te adentras en un encinar con algunas explotaciones ganaderas. Ya en esta población, merece la pena acercarse, entre otros sitios de interés, a admirar alguna de sus típicas fuentes. Además, la ruta del Salto del Cabrero tampoco pasa desapercibida por los senderistas que desean explorar las maravillas de la naturaleza que ofrece este pueblo gaditano.

En definitiva, Benaocaz es perfecto para respirar aire puro y disfrutar del silencio, rodeado de la fauna y la flora típica de la región. Águilas, cabras montesas y otras especies son comunes en la zona, lo que lo convierte en un paraíso para los amantes de la naturaleza. Además, al ser un pueblo pequeño, está alejado de aquellos destinos turísticos masivos, invitando al visitante a la reflexión y al descanso.