Ocho rincones de Cádiz para disfrutar este verano

La provincia de Cádiz es uno de los destinos turísticos preferidos para los viajeros en esta época del año. Son muchos los rincones que no debes perderte si vas a pasar tus vacaciones en Cádiz, pero en este artículo hemos tratado de resumirte esos rincones que no debes perderte antes de abandonar nuestra provincia.

Cádiz capital

Una sorprendente catedral, una torre de la época medieval, fortalezas por doquier y fantásticas playas que han inspirado al mundo. Cádiz tiene historia, mucha historia, cultura, gastronomía y unas playas inigualables. Para empezar, hay que visitar la catedral de Cádiz, también conocida como la iglesia de San Salvador. Construida en las primeras décadas del siglo XVIII, se necesitaron cerca de cien años para terminarla, hecho que ocurrió en el año 1838.

Posteriormente nos vamos a ver la Torre Tavira. Construida en pleno centro de la ciudad en el siglo XVIII en un sobresaliente estilo barroco, su torre de 45 metros de altura ha presidido la ciudad de forma absolutamente inconfundible durante más de tres siglos. De camino a las playas paramos en el castillo de Santa Catalina, aunque podemos darnos un paseo por los barrios de la Viña y el Pópulo, o bien descansar en el parque Genovés.

El Puerto de Santa María

El Puerto de Santa María es conocido como La Ciudad de los Cien Palacios. Producto de la actividad comercial con la América Española o Indias en los siglos XVII y XVIII se levantaron en la localidad auténticos palacios adaptados a las necesidades de los grandes comerciantes que también recibían el nombre de Cargadores de Indias. Una parada obligatoria, además de sus maravillosas playas y sus elegantes restaurantes y bodegas, es el Castillo de San Marcos, que se construye a partir de una antigua mezquita islámica y que se transforma en iglesia fortificada en tiempos de Alfonso X El Sabio hacia el año 1264.

Otra opción es conocer Puerto Sherry. En su entorno se encuentra el Pueblo Marinero, que linda con la playa de La Muralla, antigua construcción del siglo XVII para la defensa de la bahía de Cádiz. Además de los servicios de atraque se ofrecen cursos de vela y otros relacionados con la náutica. En un lateral de la dársena se encuentran las instalaciones de la Federación Andaluza de Vela.

Jerez de la Frontera

Una de las mejores cosas que hacer en Jerez de la Frontera es dejar en el coche en el parking de la Alameda Vieja y empezar la ruta por el centro histórico con la visita al Alcázar, fortaleza árabe, construida en el siglo XII en la parte más alta de la ciudad, que protegía la medina. Nos acercamos al Barrio de San Miguel presidido por la imponente Iglesia de San Miguel, uno de los edificios religiosos más bonitos de toda la provincia y otro de los lugares que visitar en Jerez de la Frontera.

Al estar en pleno centro histórico, es un buen lugar para pararse a probar algún vino de Jerez en alguno de los tabancos más tradicionales como el de San Pablo y El Pasaje o tapeando en sus locales más recomendados como Las Banderillas o el Atuvera. Posteriormente, podemos pasear por la Calle Larga -parada obligatoria en La Moderna- y llegar a la Iglesia o Convento de Santo Domingo, en la que se celebró la primera misa católica de Jerez de la Frontera, tras la Reconquista. Visitar barrios como el de Santiago, conocer la catedral o visitar algunas de sus innumerables bodegas son otras de nuestras recomendaciones.

Vejer de la Frontera

Hablar de Vejer es hablar de uno de los pueblos más bonitos de Andalucía y España. Un emplazamiento de callejuelas laberínticas y patios nazaríes que te cautivarán. Empezamos la ruta por la Plaza de España, un lugar con mucho ambiente donde hubo eventos taurinos durante el S.XVI y XVII, de paseo imprescindible, con múltiples opciones para comer e incluiso alojarse.

Llegamos a la Cobijada, monumento a la mujer que se cubría parte de su rostro con un manto de color negro y solo dejaba a la vista un ojo izquierdo. La Cobijada también hace referencia a ese traje típico y tradicional de Vejer de la Frontera que desde 1976 se utiliza en fiestas patronales y se ha convertido en todo un símbolo, pudiendo intuirse por todas las calles, iglesias y plazas. Y para acabar, tras pasear por la Judería y conocer algunos de sus monumentos, uno no debe abandonar Vejer sin acercarse a otro de los símbolos por excelencia de la ciudad, los Molinos de Viento, antiguos molinos de agua.

Playa del Palmar

Una de las mejores playas de Cádiz que no debe faltar en tu viaje. 8 kilómetros de arenas dorada y fina, cuarenta metros de anchura en un entorno salvaje, chiringuitos a pie de playa, surfistas y los más bellos atardeceres de la Costa de la Luz, la convierten en un auténtico paraíso. El acceso a la playa el Palmar es a través de pasarelas de madera con el objetivo de ayudar a preservar y conservar el sistema de dunas que circunvala todo su litoral siendo de vital importancia al actuar como reserva de arena y dique natural.

El Palmar cuenta con socorristas y los servicios de vigilancia pertinentes (salvamento, primeros auxilios, etc.). Cuenta con muchas papeleras y servicio de limpieza de playas que hacen de ella despuntar por la limpieza de la arena y su entorno natural. También cuenta con una zona de duchas con pasarelas, pensadas para que puedan ser usadas por personas de todas las edades, ya que el acceso es muy fácil.

Caños de Meca

En una de las zonas más bonitas de Cádiz, Los Caños de Meca, se encuentran algunas de las playas más naturales y famosas de Andalucía. Esta localidad debe su nombre a la gran cantidad de caños o chorros de agua dulce que emanan sus acantilados y que tienen su máximo exponente en los caños que se encuentran al final de la playa naturista ‘Pequeña Lulú’, aunque de difícil acceso, merece la pena visitarlos.

Y por supuesto qué decir de su barro ‘milagroso’ que los bañistas extraen directamente de la roca de la playa para embadurnarse el cuerpo y que deja la piel suave y tersa. Un sitio que no puedes dejar de visitar si vienes a los Caños de Meca es el Faro de Trafalgar, toda una maravilla natural, sí hemos dicho natural, y es que para acceder al Faro, hay que atravesar famoso Tómbolo de Trafalgar, todo un monumento natural, otro dos en uno.

Zahara de los Atunes

Este pequeño núcleo de población, reconocido como entidad local autónoma del municipio de Barbate, concentra en su pequeño casco histórico la luz del Sur y una excelente oferta gastronómica. Entre las visitas que hay que hacer en Zahara de los Atunes se encuentra el palacio de los Duques de Medina Sidonia y las murallas que se construyeron en el siglo XV. En aquel momento, esta gran edificación desempeñaba tres funciones muy diferentes: fortaleza, palacio y chanca. En estas dependencias, además, se alojaba a los nobles y reyes que acudían en aquella época a visitar las almadrabas.

En cuanto a su playa, la playa de Zahara de los Atunes se extiende entre el núcleo de población y casi el cabo de Gracia. Cinco kilómetros de litoral que transcurren paralelos a un mar de agua cristalina veteada de colores turquesas. Su arena es fina, dorada y abundante –alcanza un ancho de 100 metros y forma dunas móviles–. Igualmente remarcable es la calidad de sus aguas, reconocida con los distintivos de bandera azul y la ‘Q de Calidad’.

La Playa de los Alemanes

Cercana al pueblo de Zahara, se encuentra una playa muy interesante y, casi podríamos decir misteriosa, que lleva el evocador nombre de Cala de los Alemanes. Situada entre los cabos de Gracia y de la Plata, la playa de alrededor de 1500 metros y unos 50 de ancho, es un lugar altamente recomendable para aquellos visitantes que deseen disfrutar de la tranquilidad de esta zona, realmente tranquila hasta en verano, ya que no está especialmente masificada.

Playa de arena fina y dorada y aguas cristalinas, es ideal tanto para el verano como para paseos calmados por ella en otras épocas del año. Podemos definirla como semiurbana, ya que aunque cercana a la urbanización Atlanterra y con hermosas casas salpicando la ladera de la montaña que llega hasta el mar, algunas de ellas chalets de lujo, no tiene paseo marítimo y tiene una belleza muy natural, casi agreste.