Uno de los últimos molinos hidráulicos en funcionamiento de España está en Cádiz

En el Molino de Abajo los niños pueden aprender cómo se elabora el pan a la antigua usanza

El pueblo donde los bandoleros y las tropas francesas toman las calles

Interior Molino de Abajo / D.C.
Ana Cristina Ruiz

19 de noviembre 2022 - 06:00

El Bosque guarda innumerables secretos que esperan ser descubiertos. Situado a los pies de la Sierra de Grazalema en la ribera del río Majaceite se encuentra este municipio gaditano de estilo nazarí. Este fin de semana, El Bosque está de celebración ya que se está festejando la XII Recreación Histórica de la Villa.

Si eres capaz de exprimir tu tiempo y aprovechar tu visita con niños te recomendamos un sitio muy curioso. Se trata del Molino de Abajo, un molino a la vieja usanza que puede visitarse (previa reserva) para conocer cómo se hacía el pan en el siglo XVIII, desde la molienda del trigo hasta la cocción de la masa. En este molino de agua los niños pueden aprender a hacer pan de verdad y, además, puedes llevártelo a casa.

El Molino de Abajo es uno de los últimos molinos hidráulicos de España que aún están en funcionamiento, tal y como lo ha hecho durante cientos de años. Este molino ha sido mantenido durante generaciones por la familia González y hoy está dedicado a un Museo Etnológico para evitar que se pierda el conocimiento sobre su funcionamiento.

Entrada al Museo Molino de Abajo / D.C.

Toda la documentación existente fecha su origen en el siglo XVIII, aunque hay pruebas que en el lugar actual ya debió haber molinos que datan del tiempo de los árabes (siglos VIII al XV). Se dice que posteriormente fue conquistado por los romanos ya que la finca y la zona están repletas de restos arqueológicos de esa época.

Además de fabricarse el pan, los molinos también eran lugares de encuentro donde las vecinos de las fincas o de pueblos cercanos iban a moler su grano. De hecho, aprovechaban que mientras el molino hacía su trabajo la gente intercambiaba noticias o bromas. Es por eso por lo que los molinos se convirtieron en una especie de centro social y de reunión de época.

En 2003, después de dos décadas sin funcionar, la familia González-Aguilar decidió poner en marcha un ambicioso proyecto de renovación y conversión en museo. Así que gracias a su esfuerzo podemos disfrutar de uno de los últimos molinos hidráulicos en funcionamiento en nuestro país. Concretamente se encuentra junto al río Majaceite, rodeado de agua y jardines, y ayudará a conocer una parte del ser humano y también a experimentar el placer de las cosas.

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