La comparsa Los invencibles
Comparsa
Localidad: Cádiz
Letra: Antonio Martín García
Música: Antonio Martín García y Francisco Javier Tizón Torres 'el Pájaro'
Dirección: Francisco de Asís Sánchez Payán 'Pacoli'
el tipo. Soldados de plomo.
Las coplas. Una batalla de coplas a la que acuden unos soldaditos de plomo que viven en las manos de un niño comparsista. Aunque renuncian a sus fusiles, el Concurso obliga a disparar con balas. Dos cartuchos con nombre de mujer. El primero que lanzan lo dirigen a las mujeres luchadoras, esas que "valen tanto o más que un hombre". Sin embargo, se quejan de que cuando cumplen los 20 se le cierran todas las puertas por ser "inexperta", a los 30 "te rechazan porque estás embarazada", a los 40 no admiten "casa y trabajo a la vez" y a los 50 ya van "camino de la vejez". Una descripción para dirigirse a los políticos por las leyes de igualdad y denunciar que para que escuchen a las mujeres "tienen que estar muertas". Un planteamiento que no termina de enganchar. En el segundo tema, apela Martín a lo personal para recordar el pasodoble de 'A fuego vivo' que dedicó a su hija para dirigirse a su nieta. De los cuatro meses en los que no oye ningún cuento al contagio de Cádiz cuando la amamanta su madre. Un pasodoble que, aunque "me lleve al fracaso", sirve para contarle lo que le canta Cádiz, al igual que lo hiciera con su madre. Un recuerdo tan propio que se sale de la competición. Mantienen sus problemas con los cuplés . Compran en el primero una brocha para pintar en un chino y llenan de pelos un pomo que se acaba pareciendo a un sobaco. Por su parte, en el segundo una profesora le da clases particulares al niño, pero éste se acaba aprendiendo los azulejos del cuarto de baño. Se complican el pase a la final al ir de más a menos en el Concurso.
EN CUARTOS>
las coplas.
Pequeñas figuras que se vuelven invencibles cuando juegan con los niños. Soldados que no necesitan sus fusiles, ya que funcionan con la magia que tienen con sus pequeños cómplices. Munición que les hace invencibles cuando suenan las coplas gaditanas, aquellas que "no las calla ni Dios". El pasodoble atrapa en su trío, que suena dulce. Entran en la guerra con un pasodoble sobre la situación de Andalucía a partir de diferentes fragmentos de copla, aquella que los poetas no sabían "cómo te pintaban cuando te escribían". Siempre fue la otra, la niña de fuego, el trigo verde, la Bienpagá a pesar de todo lo que le roban, los emigrantes, la falsa moneda que va de mano en mano y ninguna se la queda... Al final, una región que da pena, penita, pena. Costumbrismo hecho letra. En el segundo, toca el metacarnaval a través de la propuesta Carnavalea, en la que los aficionados conocen a los autores de la fiesta. Martín asegura que "no vengo a aquí a decirle lo que tiene que hacer nadie", pero critica el uso del verbo carnavalear, que debe significar emborracharse en la plaza de las Flores con un tango, el regalo de coplas de las callejeras en la escalera de Correos, perderse detrás de una chirigota y que "sin pasar por taquilla te cuelen en La Viña". Dos conceptos de fiesta muy diferentes: el negocio y el verdadero Carnaval. Una retroalimentación de la fiesta que se sigue repitiendo. Balas de fogueo en los cuplés, que siguen sin dar el nivel. Primero, una prima suya unta aloe vera en la tostada en vez de manteca por la alerta de la OMS sobre la carne roja. Por su parte, en el segundo se pierden en la rotonda del segundo puente y en vez de en Lebón acaban en El Puerto. Caen en las manos de un niño comparsista para hilar un popurrí que encierra un homenaje y una crítica a los comparsistas. Una de cal y otra de arena. Una guerra de guerrillas carnavalera.
EN PRELIMINARES
las coplas. Juguetes invencibles en las manos de un niño. Sin más armas que la magia, al final su fuerza está en las coplas. Martín vuelve a la guerra carnavalera a su forma, con una idea que se desarrolla en un popurrí en el que estos soldados caen en las manos de un niño comparsista. Homenaje, con algunos palos, a Martínez Ares, Tovar, Los Carapapas, Aragón y Bienvenido -este último en la figura del alcalde-. Musicalmente, sigue la estela de los últimos años. "Volvemos a vernos los dos frente a frente como en los mejores tiempos", celebra en su primer pasodoble por el regreso de Martínez Ares, aunque la lucha puede volver, ya que "con una mujer -Cádiz- por medio todo puede pasar". En el segundo, acierta en su defensa a la radio tras la polémica en la previa del Concurso. A pesar del paso atrás en los cuplés, seguiremos jugando.
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