No te vayas todavía
chirigota
FICHA
Localidad: San José de la Rinconada (Sevilla)
Letra: Antonio Álvarez Cordero
Música: Manuel Santander Grosso y Antonio Álvarez Cordero
Dirección: Ernesto Javier Urmeneta Montiel
Representante: José Blas Conde Puerto
En 2016: Con más 'age' no lo hay
El tipo. Un velatorio con el fiambre de cuerpo presente. Las coplas. Gritos de "Manué, Manué" en el Falla. Nunca un muerto fue tan celebrado -bueno, hay alguno que sí-. Cumplen con su palabra y Manué aparece en su caja vestido de Frozen. La magia de la primera noche. Y de caer de pie. El público acompaña y les aúpa. Vuelven a cambiar la parte hablada de la presentación, ya que su final tenía que haber sido hace un mes. Pero a este paso lo van a tener que quemar en las Fallas. Las coronas ya se pegan su bailecito para celebrar que están en la última noche del Concurso. Vuelven a exprimir la fórmula del muerto y el velatorio en los dos pasodobles, ambos de estreno. En el primero, juegan con el equívoco en lo que parece ser una charla de despedida entre los amigos y Manué. Noches intensas y de cariño que han sido irrepetibles, por lo que para ellos se les acaba su sueño. Aunque el camino se termine, hay que hacerlo bien, por lo que le van a decir a su esposa que se divorcian y le agradecen a Manué que les escuche. En el segundo, le dan la vuelta a todo lo que se le dice al fallecido en un velatorio para saber lo que de verdad fue en la vida. Por eso, ellos quieren que cuando se vayan les digan la verdad, que es que salían en una chirigota y no se comían nada -bueno, este año sí se comen algo-. En los cuplés, repiten con segundo el del mannequin challenge en el que Manué se mueve. En el primero, regular, se cachondean de las modas de Manué al vestir. Al llevarse ahora las lentejuelas, lo visten con una chaqueta de esta tela para ir a la carpa. Ya no se volverá a llorar en un funeral.
En semifinales
Las coplas. Hay oportunidades que pasan una vez por delante. Y Manué puede ver la Gran Final desde su caja antes de que lo incineren. Un velatorio de risa. Lo que nos gusta reírnos de la muerte. Tiran de ingenio con algunos pequeños cambios en la presentación, en la que nos piden que no le cojamos cariño a Manué porque el año que viene no sale. Incluso, se acuerdan de Martín, que ya se fue. Pasodobles fresquitos y efectistas -es la carta más sencilla para llegar a la última noche- para hacer reír a un público entregado. Recuerdan en el primero que llevan ya 25 días sin poder enterrar a Manué, y eso que les dijo que quería un funeral discreto, tan discreto que está hasta Canal Sur. Al final, reconocen que Cádiz le ha hecho inmortal. Tiran en el segundo pasodoble del yuyu que da el tipo, pero más yuyu da ver a una persona disfrazada de neurona. Una idea que les sirve para reclamar la vuelta del Yuyu. El teatro se cae. Bajan un poco en el primer cuplé, en el que Errejón le dice a la madre que quiere ser un líder de masas, pero a las 10 tiene que estar en casa. Firman un gran segundo cuplé, en el que la barca de Martínez Ares está en doble fila esperando a Manué.
En cuartos
Las coplas. Hay ideas que caen de pie. Y si se saben desarrollar con ingenio, todo va rodado. Humor negro, pero con ange. Manué regresa a las tablas del Falla en un arcón de helados. Cambian con arte el golpe de la ruptura de la cadena de frío de la presentación, que ya no les preocupa porque no se lo van a comer. Pasodobles irónicos y bien hilados que están por encima de los cuplés. En el primero, agradecen lo que ha gustado el tipo, tanto que a nadie le da pena. Es tanto el éxito que en las calles les invitan a raciones y al fiambre le dan una tapa. Un muerto que acabará firmando esquelas en El Corte Inglés y que llevara hasta publicidad en la caja. Sorpresa a la bombista en la segunda copla, a la que agradecen que por ella están cantando en el Falla. Aunque meten algo de coña al decir que tiene un bombo sin haber tocado el pito, al final muestran que el Carnaval es la fiesta de la igualdad. Tanda irregular de cuplés, en la que pinchan en el primero, en el que se demuestra que el perro se ha comido las cenizas de la suegra al ver el programa de Juan y Medio. Mucho mejor el segundo a la subida de la factura de la luz, en la que le meten hasta un calambre que le da en un gemelo.
En preliminares
las coplas. Humor negro. Una chirigota para llorar... pero de la risa. Los del Bizcocho, con algunas apariciones en la fase de cuartos, traen su propuesta más completa en el Concurso del Falla con un tema delicado, pero que saben hilar finamente. Manuel, su gran amigo, tiene el deseo de enterrarse en Carnaval, por lo que sus amigos, aunque haya muerto, se lo llevan sólo un ratito para cantar porque no esperan pasar a cuartos -de eso habrá que hablar seriamente con el jurado-. Con una presentación bien desarrollada y algunos puntos de mérito, como el del bailecito de las coronas o el de la ruptura de la cadena de frío, ponen al público en situación. En el primer pasodoble, que mantiene el nivel con una música bien llevada y preparada para hacer reír, narran lo que fue Manuel en vida, todo lo que quedó pendiente antes de morirse y las peticiones que hizo para que sus amigos se acordaran de él, demasiadas porque el muerto no las va a pagar. Al final, van a pasar pena en el Carnaval por tener que cargar con el fiambre. El segundo se vuelve serio al tocar el tema de la libertad de expresión, aunque su desarrollo lo hace demasiado lioso. Destaca sobre todo el repertorio el segundo cuplé, en el que el muerto se mueve en medio de un mannequin challenge. Por su parte, el primero es más previsible al dedicárselo a la cobra a Chenoa. El popurrí remata la faena, aunque tiene algunos altibajos. Se merecen un pase más.
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