Lo que el viento se llevó
cuarteto
FICHA
Localidad: Cádiz
Letra y música: Miguel Ángel Moreno Gómez y José Manuel Cossi González
Dirección: Ángel Francisco Gago Cubelo
Representante: Francisco Javier González Ramírez
En 2016: Asociación Local de Comerciantes... (A.L.C.A.R.A.J.O.)
El tipo. Una familia que se viene a Cádiz de vacaciones. Las coplas. El levante puede fastidiar 15 días de vacaciones... pero no a un cuarteto gaditano. Lo hacen con ingenio, sin aspavientos y una niña gótica que es uno de los personajes de este año con todo el odio y el mal que tiene en sus adentros. Regresan a la Gran Final las desventuras de una familia madrileña. Mezclan la historia de la salida de Madrid de la parodia de la fase preliminar con los planes que hacen durante el verano. Aun así, meten algunos golpecitos nuevos. Como el restaurante que ha abierto la mujer del cuñado: el Mamma Pronto. Meten un pequeño bastinazo con la caída del pelo de Rafa Nadal, que como siga envejeciendo en vez de un mordisco le tendrá que hacer un mamazo a los trofeos -sin anestesia-. ¡Por fin se echa un amigo la niña gótica! Pero habla poco porque es Manué, el fiambre de 'No te vayas todavía'. Enorme el golpe de la chirigota del Bizcocho, que con la celebración del pase a la final ha pasado a ser la del bizcocho borracho. El segundo cuplé sobresale de la tanda del último pase al dedicárselo al Brexit -un tema al que, extrañamente, nadie le ha cantado en el Concurso-. Le piden a los ingleses con arte que aprendan a separar los calcetines de las chancletas. En el primero, un poco más flojo, colaboran con el evento de los pianos en las plazas llegando a casa con una tajá como un piano. Remix en su tema libre para completar un repertorio casi redondo en sus cuatro actuaciones. ¡Buen viaje de vuelta!
En semifinales
Las coplas. Un domingo de verano con viento de levante. Nuevas peripecias de una familia a la que no le salen los planes por culpa del viento. Con los personajes perfectamente delimitados, la historia fluye. Funcionan hasta los chistes malos del cuñado, que los aprende de Marianico el Corto. Mucho ingenio en una brillante actuación. Se lían con Cádiz, tanto que en El Puerto encuentran Puerto Sherry y el Aqualand, pero no el Aquasherry, por lo que está entre los dos. El viento obliga al cuñado a tener que dejar de fumar porque no puede encender los cigarros. La niña gótica sigue odiándolo todo. En algo se parece a los gaditanos porque odia al Levante y al Girona. Incluso, suelta una pequeña maldad al decir que chirría el contralto de los Carapapas. La suegra tampoco entiende que en una heladería le ofrezcan un mantecado de limón, pero al final se come dos y un alfajor. Lo mismo les pasa con las paradas del autobús de la línea 1, ya que no se enteran de nada. Decaen un poco los cuplés, ambos con el mismo remate, a las clases de estimulación del clítoris y a Susana Díaz. Los dos acaban con tocamiento de papo. Su tercer popurrí guarda alguna genialidad como la cuarteta de la creación del Moonwalker en Cádiz. Levantera hacia la final.
En cuartos
Las coplas. Un repaso a lo que se puede hacer en Cádiz durante el verano. Una bandera en la playa que nunca está verde por culpa de la resaca. Un cuñado borracho que se come una mediana con el coche cuando iba al Telepizza. Una comida en el A Poniente en la que había más luces que en Cádiz por Navidad. A la niña gótica, a pesar de su negatividad, por fin le gusta algo: las bolas chinas, ésas a las que el carajo de mar que se encuentra el cuñado en una orgía caletera les sirve de complemento. Mucho ingenio al hilar los golpes uno detrás de otro. Algunos muy gaditanos como el del ECCO, que se llama así porque siempre está vacío. Otros más globales como el de la jet set que ya no va al Rastrillo, ya que se ha ido a jugar a Las Palmas. Incluso, sueltan algún tirito, como el de los Martes de Carnaval, que no están completos porque faltan los cuartetos. No todo es brillante, ya que el cuñado también mete algunos chistes malos, como buen cuñado. En los cuplés, brilla el segundo a la cantidad de procesiones que hay, lo que demuestra que en Cádiz todo está a dos pasos. Por su parte, en el primero, el alcalde protesta contra las fiestas, pero de maestro se cogía los puentes. Geniales. Odio los cuartetos gaditanos.
En preliminares
las coplas. Una pareja, la suegra, la niña gótica y el cuñado divorciado alquilan un piso en la plaza Virgen de Loreto. Vamos, en primera línea de playa. De la playa de Puntales. Manolo decide cambiar Benidorm por Cádiz y se lleva la sorpresa de irse de viaje con toda la familia. Un planteamiento que borda en su primer pase el cuarteto de Moreno, Cossi y Gago con una primera parodia de presentación con la que comienzan a desarrollar la idea con el camino a Cádiz y su primer día en la ciudad, en el que ya les sorprende el levante. Con los papeles bien definidos y con un humor basado más en el texto que en la interpretación -aunque en esto también brillan-, van soltando los golpes uno tras otro. Sobresale la niña gótica, con un Figueroa al que el personaje le viene como anillo al dedo por su voz. La echan de un campamento urbano por no dejarle clavar las piquetas y lo odia todo. Amante de Drácula, que es como la rumana de las muletas, que se transforma y anda y corre. Chistes de cuñado como el de la radio que ni baja ni sube el volumen porque es de un monovolumen. Y un Manolo que intenta capear con el viento y la familia como puede. Una historia que da para cuatro pases. Bajan sólo un poquito en los cuplés, en los que encuentran a su mujer cazando un Pokemon agachada y al mannequin challenge que les obliga a hacer su sobrino gordo. Rematan el popurrí con un sublime recuerdo a 'La ventolera'. Un viento de 13 rayas nos ha soplado en la carita...
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