El Ayuntamiento de Chiclana retiró 21 toneladas de toallitas de la red de saneamiento el pasado año

La Delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Chiclana, a través de Chiclana Natural, retiró de la red de saneamiento municipal unos 21.000 kilogramos de toallitas húmedas en el año 2023 y se calcula que otras tantas toneladas se recogieron en la depuradora.

Cada semana, los operarios de la empresa pública realizan la limpieza de las arquetas con rejillas de desbaste, donde se acumulan los residuos sólidos que acaban en la red de saneamiento. En los 19 puntos de filtrado que hay repartidos por toda la localidad es de donde se obtuvieron estas 21 toneladas de estos productos no desechables.

La presencia de estos en la red de alcantarillado causa atascos en las tuberías y averías en estaciones de bombeo o en la depuradora, advierten desde esta área municipal. Por este motivo, el delegado de Medio Ambiente y vicepresidente de Chiclana Natural, Roberto Palmero, ha alertado del “gran e innecesario coste” que supone arrojar estas toallitas al inodoro, a la vez que ha solicitado a la ciudadanía que “sea consciente de este problema que se repite constantemente”.

Desde Chiclana Natural también se apunta que “el simple gesto de tirarlas a la papelera reduce el riesgo de sufrir atascos en las infraestructuras hidráulicas públicas y particulares”.

Es importante apuntar que las toallitas húmedas no se descomponen al entrar en contacto con el agua, como ocurre con otros productos como la celulosa con la que está elaborado el papel higiénico. Están fabricadas con un material denominado “tejido no tejido”, que se obtiene con la compactación de fibras, sin necesidad de cosido. Esas se separan cuando se tiran al váter.

Una vez en las tuberías, estas vuelven a unirse y crean grandes madejas.

Grave problema

Asimismo, su proliferación en el uso y mala gestión se ha convertido en uno de los problemas de contaminación ambiental más importantes en algunos países, como en España.

Por otro lado, la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) ya alertaba en 2019 de las graves consecuencias que causaban estos productos, llamados el monstruo de las cloacas, y calculaba un sobrecoste estimado de unos 230 millones de euros al año. Algo que, según esta entidad, representa un encarecimiento del rango del 10-15% en las actividades de mantenimiento, tratamiento y depuración de las aguas residuales.