Lluvia de recuerdos
concert music festival en chiclana
El Barrio hizo disfrutar el sábado noche al público del Concert Music Festival de Sancti Petri
El cantante y compositor presentó en Chiclana la gira ‘El danzar de las mariposas’ y un recorrido por su trayectoria
Chiclana/Para algunos de los más fanáticos barrieros –los seguidores de El Barrio, una suerte de religión musical– sería como una revelación casi mística que el artista gaditano parara con su presencia la lluvia que cayó en el poblado de Sancti Petri antes de comenzar José Luis Figuereo el recital en el Concert Music Festival, este pasado sábado.
Selu, como un "dios" del soniquete que es para muchos, no pudo tener una entrada mejor en Chiclana, controlando todos los elementos a su alrededor aunque, en ciertos temas de su repertorio, su mente volara hasta hacer desaparecer letras y notas, lo que pareció no importar a su grey que vibró en un concierto largo y de muchísimo disfrute ante el chaparrón de melodías compartidas.
El gaditano vino a su tierra a presentar la gira El danzar de las mariposas, por la que también se colaron las canciones más conocidas de una dilatada trayectoria en la que la fidelidad del público ha sido una constante.
Así juntos, El Barrio y barrieros, fueron uno solo y pusieron la memoria y la nostalgia a trabajar a destajo al recordar composiciones pasadas y recientes, una lluvia de recuerdos sobre el ala del sombrero que caló sobremanera. "Si canto: Si yo tuviera mal de amores...", o si digo: "Amor mío, por favor, hoy no te vas...", jugaba el cantante y compositor con la gente para que remataran las estrofas y crear así la necesaria conexión. Compartir, "ese es el secreto de la música", decía Selu al tiempo que insistía en que "la transmisión siempre tiene que estar presente, si no esto no vale nada".
De esa manera, El Barrio logró transmitir buen rollo y emoción en temas como Mi amante luna, Agua fresca -de lluvia esa noche-, He vuelto, Ángel malherido, Mi amor o Le llaman amor y Tesoros, sendas canciones que interpretó enlazadas y que pertenecen a la reedición del último álbum El danzar de las mariposas.
Cantaba y también bromeaba con el respetable el guasón Selu: "El cañón de la izquierda que ha disparado es de Cádiz y el de la derecha de Canarias, más tarde", explicada sobre la lluvia, en esta ocasión de mariposas, que cubrió al respetable por momentos en las dos horas de espectáculo.
Aparte de las composiciones más coreadas de la trayectoria del gaditano, hay otras piezas ocultas, como pasa en la carrera de todos los artistas, y que siempre es conveniente rescatar del baúl para goce de los demás pero, también, de uno mismo, por el gusto de saberse hacedor de obras artísticas. "Cuando suena un single es más fácil de recordar aunque hay temas que están más escondidos en los discos y que, perdonadme por esto, solo los entiendo yo, son paranoias muy grandes", confesaba el autor. De esta forma, El Barrio tarareó Diario de uno más (del CD Las playas de invierno) y A mi majara (del trabajo Ángel malherido): "He conocido una niña por las calles de Tarifa... que venía vendiendo grifa", cambiaba la letra El Barrio. "¿En qué estaría yo pensando?", bromeaba de nuevo ante la alucinógena variación.
Arropado por el buen hacer de una banda compuesta por Antonio Reina y Pablo Otero (guitarras), Fernando Webo (teclados), Manolo Nieto (bajo), Anye Bao (batería), Miguel Katumba (percusión) y los miembros de SpotiCai (coros y palmas), El Barrio encaró hacia la mitad del recital una parte más íntima, guitarra en ristre para sacarle ciertas notas blueseras, con el fin de interpretar Si no te hubieras ido –introdujo varios aleluyas ante la misa colectiva que montó con sus fieles–. Después llegaron otras como Las playas de invierno, Todo tiene su fin, Mujer –con rostros y corazones latiendo por escaparse de la pantalla–, El comienzo, Buena, bonita y barata, Pa Madrid donde el Selu chistoso salió de nuevo al intentar imitar a Freddie Mercury en Live Aid –"no se puede copiar Selu, si no déjate el bigote", le decían los músicos–, y unas pinceladas también graciosas con El rock de la cárcel y la inevitable Orgullo barriero, como fin de fiesta.
"Me gustaría que el aplauso más grande nos los diésemos a nosotros mismos por estar aquí. Que la vida siga siendo vida”, se despidió el artista con el corazón empapado de aplausos.
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