Guille Milkyway: «La esencia de La Casa Azul es esa mirada infantil y naíf»

La Casa Azul se une a Fangoria y Nancys Rubias, este martes a las 22.30 horas en Concert Music Festival, para revolucionar por primera vez con sus éxitos a Sancti Petri

Guille Milkyway de La Casa Azul
Guille Milkyway de La Casa Azul / Forest Film Studio
Ana Cristina Ruiz Galvín

15 de agosto 2022 - 06:00

CHICLANA/Guille Milkyway es el sello de La Casa Azul, una banda que lleva 25 años acumulando éxitos. El cantante y productor musical catalán, que lleva más de diez años produciendo los discos de Fangoria, recibió un Goya a la mejor canción con Yo también; y su adictiva canción, La Revolución Sexual los catapultó al éxito. Ahora, después de 20 años veraneando en Cádiz, será la primera vez que actúe en la provincia, concretamente en Concert Music Festival (Chiclana) junto a Fangoria y Nancys Rubias.

-¿Cuáles son sus sensaciones para el concierto de este martes?

Nos hace especial ilusión porque después de 20 años no hemos tocado nunca ni en Cádiz ni Chiclana. Voy todos los veranos a Zahora pero nunca había actuado por la zona. Así que es como ir a tocar a un trocito de mi casa después de tantos años. Por otro lado, tocamos con Fangoria, que después de haber trabajado los últimos diez años con ellos, codo a codo, nunca habíamos actuado de esta forma, ni en Cádiz. Hay como una confluencia de astros que hará que sea un día muy especial; haremos un repaso y desplegaremos nuestras armas en directo.

-¿Qué será imprescindible en esta fiesta?

Prometemos un momento de evasión y cuando eso sucede golpe, todo fluye. La suerte de que nos puedan ver en directo en Chiclana es que nos pillan en nuestro mejor momento como grupo. Llevamos una banda al completo de seis músicos, que funcionamos muy bien y fluida. Se nos ve contentos en el escenario y tenemos un despliegue visual y escenográfico que la gente coge esa evasión que proyectamos al vuelo.

-¿Cómo está afrontando La Casa Azul la nueva gira?

-Muy contentos. Fíjate que hace quince años sufría en cada fin de semana que tenía que tocar porque mi lugar siempre ha sido el estudio. Ahí es donde soy feliz y me expreso artísticamente. Así que pasar a los escenarios ha sido algo tortuoso (risas). Sin embargo, ahora es todo lo contrario, estoy deseando que llegue el fin de semana. Cuando todo empezaba a funcionar super bien llegó la pandemia así que este año nos estamos desquitando de todo eso y afrontándolo con alegría e ilusión, como esos niños que van de excursión con sus amigos.

-¿Cómo ha sido el reencuentro con el público tras la pandemia? ¿Tienen más ritmo que antes?

(Risas) Si te soy sincero no he querido prestar demasiada atención a eso. Las cosas han vuelto a donde tenían que estar, a su estado natural. El ser humano necesita interacción social, compartir lo que más ama; y eso es lo que nos hace humanos. Probablemente todos nos lo hemos tomado con ganas, como un nuevo inicio y ojalá no haya vuelta atrás.

-Está disfrutando de su último single No hay futuro, una frase muy común entre los jóvenes ¿Qué le diría a aquellos que, pese a su formación, no consiguen ver la luz al final del túnel?

-La utilicé porque es una frase muy asociada a ciertos momentos de los últimos 50 años de la historia de la música pop-contemporánea. Ese movimiento punk de los 70 o los 90. Es muy asociado a las generaciones que no ven futuro porque es algo muy incierto y se nos cae encima. Todo apunta un poco a la debacle, pero la canción acaba proyectando un mensaje optimista. La frase más importante y que se repite mucho es: “Tiene que haber algún lugar”. Para mí es eso, no me resigno a pensar que no hay futuro, tiene que haber un sitio donde podamos proyectarnos como humanos y encontrar nuestra felicidad. Quizás no es esa gran cosa de hacer que el mundo vaya feliz, pero sí centrarnos en nuestro alrededor, en lo que amamos y en la gente que nos quiere.

-¿Alguna novedad del próximo disco?

-Hemos avanzado dos singles, Entra en mi vida y No hay futuro. De momento es lo que tocamos en directo. Seguramente en septiembre iremos incorporando algún tema a media que lancemos, como lo hicimos con La Gran Esfera del disco anterior. Creo que ahora es un buen momento para poner en directo todo lo que el grupo representa, más que avanzar en algo, pero ya lo iremos viendo.

-¿Cómo se saborea el éxito de algunos hits como La revolución sexual desde la esfera indie?

-(Risas) Con mucha ilusión. Me siento afortunado y orgulloso porque hay canciones que toman su propio camino, ajenas a lo que es el grupo. Puedes encontrarte gente tarareando esta canción y no tener ni idea de quien la canta, y eso me parece una maravilla. Cada vez que la tocamos en directo soy feliz porque de golpe ves que es algo que trasciende al grupo y nos sigue abriendo puertas. Es una oportunidad que a partir de esa canción haya más gente que te descubra

-¿Cuál es la esencia de La Casa Azul?

Hay muchas cosas, por ejemplo, un elemento evasivo permanente en el grupo de querer encontrar un lugar donde ser felices y olvidarte de las penurias de la vida. Otro pilar es la canción melódica – clásica que permanece en el corazón del grupo, más allá de que el revestimiento pueda ser variopinto o fantasioso; es un grupo costumbrista. También, siempre he hablado directo y desde el corazón, y no lo voy a dejar de hacer. Al principio se nos criticaba de infantiles y cuando me quedé calvo y fui haciéndome mayor (risas) me di cuenta de que tienen razón. Esa mirada infantil, naíf e inocente. Eso es esencial en nosotros y nos hace distintos.

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