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Chiclana
Con gran consternación vivió Chiclana el fallecimiento del torero Emilio Oliva Baro, a los 60 años de edad, una persona muy querida en el municipio y uno de los espadas más representativos de la provincia. De tal manera que fueron muy numerosos los chiclaneros, aficionados y personas vinculada con la tauromaquia en general, quienes se acercaron hasta la Iglesia de San Telmo, para dar un sentido homenaje al diestro, que murió el jueves por la noche en el Hospital Universitario de Puerto Real, donde se encontraba ingresado.
Tal y como estaba previsto, a las 11,00, una sonora y prolongada ovación se hizo oír a la entrada del féretro en el templo, cubierto con un capote de paseo. Dentro, ya esperaban decenas de coronas y ramos de flores de familiares y amigos que lloraban esta gran pérdida. Desde ese momento y hasta la misa, que tuvo lugar a las 13 horas, la llegada de personas que quisieron acompañar a sus allegados en este duro trance fue incesante. Así, junto a una nutrida representación municipal, se encontraban diestros como Ruiz Miguel, Luis Parra, José Luis Galloso, Gustavo Martín, Fernando Cepeda, Juan Miguel, José Caraballo, Antonio Pérez y Cristo González.
También un buen número de novilleros y banderilleros se despidieron del diestro en San Telmo, como Aitor Fernández, Manolo Alba, la saga de los Alcántaras, Isaac Galvín, Rafael León, Antonio González El Sabio, Antonio Heredia, y Ramón Alvarado, Gregorio Cruz Vélez, entre otros. Y hasta Chiclana también se desplazaron dos representantes de su Peña Taurina en Beziers (Francia) y el presidente de las Escuelas Taurinas Andaluzas, Eduardo Ordóñez.
Cristo González, muy unido a la familia Oliva, declaró que destacaba por su “simpatía, buen carácter y bondad.Como torero fue excelente, que entre los años 80 y 90 estuvo entre las primeras figuras del toreo”. Por su parte, el presidente de la Peña Taurina Francisco Montes 'Paquiro', Isaac Galvín, aseguró que era “una persona excepcional, con el que he vivido un sinfín de anécdotas y como diestro un referente para toda una generación, que además supo poner el nombre de Chiclana en todas partes”.
Tras una emocionante ceremonia religiosa, Emilio Oliva dio su último paseíllo, esta vez por las calles del centro de su sentido pueblo. En silencio, solo roto por los aplausos y los cohetes que su madre lanzaba cuando conseguía algún trofeo, la comitiva fúnebre, portando el féretro a hombros, recorrió el trayecto que separa la Iglesia del monumento a su padre, Emilio Oliva Fornell, situado la confluencia de la calle La Vega con La Fuente. Allí todos los presentes se despidieron para siempre del gran y querido maestro.
El alcalde de Chiclana, por su parte, ha anunciado que impondrá a Emilio Oliva la insignia de la ciudad a título póstumo el próximo 6 de diciembre. "Es de justicia", ha dicho en sus redes sociales.
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