Gustavo Ávila Moreno, un hombre arbolado
OBITUARIO
“El planeta llora en Chiclana. Se ha ido una de las personas que más lo ha amado”. El fallecimiento de Gustavo Ávila Moreno con tan sólo 49 años ha dejado a todo un pueblo conmocionado. Pero, ¿cómo explicar el profundo impacto que ha dejado Gustavo en las raíces de su Chiclana?
Gustavo era elegante, discreto y buena persona. Elegante, por su saber estar, por su respeto tranquilo hacia los demás, que era su seña de identidad. Discreto por la humildad de no querer ser el protagonista, como es típico de los sabios. De hecho, la palabra discreción, en El Quijote, es sinónimo de inteligencia. Por último, buena persona en el mejor sentido machadiano del término. “Aquí yace una buena persona”, podría poner en su lápida. Su pasión por el Medio Ambiente vino desde pequeño, con los “boy scouts”.
Como presidente de la Fundación Sustenta, he tenido el privilegio de contar con él como arquitecto coordinador de los proyectos de la ODS 11, ciudades sostenibles. Siempre ha sido nuestra fuente de inspiración, predicando con el ejemplo, como lo hacen los verdaderos maestros. Su casa, de hecho, es un ejemplo de todo tipo de medidas de sostenibilidad. Su sueño, plantar 1 millón de árboles. Los plantó en nuestra conciencia. ¿Cuántas personas han declarado en su funeral que la mejor manera de honrar su memoria es plantar un árbol? Espero que este artículo anime a seguir su ejemplo.
La familia invitó a los amigos a brindar por su recuerdo con vino fino de Chiclana, como a él le gustaba. ¡Sirva este artículo para brindar todos con él por la vida!
¡Descansa en paz, Gustavo! Has sabido, una vez más, envolver tu planeta con un corazón grande y hermoso, señalándonos el camino con tu sonrisa amable y sincera.
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