Toniza asegura que las desaladoras no solucionan el problema del agua en Chiclana

Chiclana

Desaladora portátil en el Puerto de Las Palmas.

Toniza-Ecologistas en Acción Chiclana asegura en una nota de prensa que la propuesta de invertir en desaladoras “no soluciona el problema del abastecimiento”, sino que viene a recrudecer aún más la situación actual de sequía y conlleva un importante “incremento en el consumo energético”.

Según la asociación, “el proceso de eliminar la sal del agua de mar acarrea varios problemas, económicos y medioambientales fundamentalmente”, Y explica que “se necesita un gran consumo de energía para bombear el agua desde el mar, llevarla hasta los depósitos y, finalmente, devolver el vertido del residuo restante de nuevo a su origen”.

Sobre esto último, Toniza advierte que “el 50% del agua que se desala contiene un elevado porcentaje de sal, la salmuera, y también productos químicos y metales pesados. Es un vertido contaminante cuya descarga en el mar genera un gran impacto medioambiental, unido al que provoca la captación en las tomas, que destruye una enorme cantidad de materia orgánica, especialmente fitoplancton y zooplancton. De hecho, un problema añadido de las desaladoras es el mal olor por la putrefacción de la materia orgánica”.

Por tanto, esta entidad considera que “las desaladoras no son la solución en el planeamiento futuro de Chiclana, con la construcción de tres nuevos hoteles y la tramitación de la ampliación de uno de sus campos de golf, unas demandas que dispararán los requerimientos de agua”,

Por contra, según Toniza, la salida pasa por “el arreglo de las conducciones de agua actuales, lo que mejoraría la eficiencia y evitaría el despilfarro. También la recarga y recuperación del acuífero Puerto Real – Conil, empleando aguas regeneradas de las dos depuradoras de Chiclana (El Torno y La Barrosa) para riego y baldeo”.

También propone “la clausura de los pozos y fosas sépticas ilegales. Los acuíferos son públicos y, por tanto, pueden ser la garantía que necesitamos ante sequías cada vez más frecuentes por el cambio climático, y la limitación del llenado de las piscinas”.

Asimismo, apuesta por “fijar el objetivo 100, es decir, 100 litros de consumo diario por persona y día, ya establecido, por ejemplo, por Aguas de Cádiz” y señala “la necesidad de atajar los consumos superfluos, como el riego de especies vegetales exóticas”.

La asociación ecologista afirma que “todas estas alternativas son las que deberían debatirse en el Pleno municipal, antes que solicitar a la Junta de Andalucía la instalación de desaladoras, que debería contemplarse entre las últimas opciones. En vez de unos partidos políticos a la gresca, podrían colaborar ambas administraciones en contener las demandas de agua, evitar fugas y enfrentarse a la sequía”.

Por último, expone que “si lo que quieren es seguir discutiendo a cuenta de la competencia sobre la desalación, indicar que es conjunta, como ocurre en el dominio costero, y tanto la Junta de Andalucía como el Gobierno central pueden impulsar y tramitar nuevas desaladoras o la modernización y ampliación de las existentes”.

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