Aquí y ahora
concert music festival en chiclana
Vanesa Martín consigue llenar el Concert Music Festival de Sancti Petri con una reivindicación musical del 'carpe diem' que enloqueció al público
Chiclana/Aquí y ahora. El carpe diem que transmitió a Chiclana en la noche de ayer Vanesa Martín sonó rotundo y significativo tras los oscuros tiempos de la pandemia, letales para el ánimo y el arte. La cantante y compositora malagueña echó los restos en el Concert Music Festival de Sancti Petri con un espectáculo marcado visual y musicalmente por el número siete: uno bien grande en el centro del escenario, su álbum y gira más recientes titulados Siete veces sí y otros tantos músicos que se complementaron francamente bien con la artista durante las dos horas que duró el espectáculo. El siete, una cifra históricamente mágica para una propuesta embriagadora que enloqueció a los asistentes.
Más de siete palabras y momentos inolvidables tuvo Martín con el respetable. Resumirlos en escasamente siete episodios es tarea grandiosa ya que la artista habló abundantemente, emocionó mucho y compartió confidencias y la génesis y el desarrollo de algunas de sus composiciones. Uno de ellos, a la guitarra, se dio cuando tuvo que contar "inevitablemente" la historia de Adiós de mayo, una despedida musical al amor agotado en sí mismo: "A veces hay canciones que anteceden a grandes discursos. Me vi obligada a escribirla para romper una especie de relación, soltar cosas que se te hacen bola. Esa noche me quedé a gusto". El resultado, una preciosa melodía que empezó siendo fado para devenir en una suerte de bolero y rematar por tango argentino; una auténtica delicia para los oídos.
Vanesa Martín, consciente de la fragilidad y oportunidad del presente, le pidió a Chiclana "fluir" y disfrutar de una ocasión que, como todas, no regresaría una vez pasada. "Gracias por vuestra valentía, por apoyar la vuelta a esta extraña normalidad que estamos arañando cada vez más fuerte. Quiero que las canciones viajen a través de vuestros sueños, deseos, libertades y pérdidas de control, para bien y para mal", expresó la malagueña justo después de interpretar Llueven las luces e Inventas.
El segundo momento resultó ser una invitación a subir al escenario para Marina Carmona. Juntas reinterpretaron La quiero a morir, con versos en francés y gran sensibilidad a ratitos flamenca, a pasitos negroide, de esta joven que "se está abriendo camino" en los empedrados senderos de la música, con saga artística detrás y el abrazo de Sancti Petri delante de su garganta. "¡Qué tierra más bonita para cantar!", dijo Carmona para delirio de los asistentes.
Y a la tercera tocó una confesión, por supuesto en forma de canción. En Seis puertas Vanesa Martín compartió "un sueño, una pesadilla o un mensaje del subconsciente", o eso creía ella al menos cuando la fabricó, que la llevó a construir esta obra que convirtió en un mensaje de valentía con el que animó a salir de la zona de confort, a zarandearse y saltar al vacío.
Porque "hay canciones que arañan por dentro", Vanesa Martín se afiló la voz y el alma para no dejarnos Inmunes ante la sensibilidad que derrochó en una interpretación -acompañada del chelo- que fue como el pasaje de un sueño, una cuarta vuelta de tuerca a su capacidad de emocionar desde la palabra.
Si no hay quinto malo es porque los músicos de Martín se lo montaron de vicio en el interludio roquero que permitió a la artista hacer el cambio de vestuario pertinente. Tocaron La escalada y vislumbraron una segunda parte del recital con protagonismo de los temas clásicos del repertorio de la cantante y compositora -Hábito de ti, Frenar enero, Ni tú ni yo, Polvo de mariposas y Arráncame- pero también canciones más recientes como Llega el momento, con cadencia latina y fraseo en portugués para terminar de prender los ánimos en este seis de seis musical.
Sancti Petri le dijo Siete veces sí a Vanesa Martín en un concierto que llegó al fin como empezó, con la energía al volumen máximo y más bises de los esperados para devolver el amor recibido. Aún no te has ido -cómo hacerlo si retumbaban las gradas para evitar ese desenlace-, Déjame a mí y el fin de fiesta con ...y vuelo. Así se despidió, volando lejos pero "siempre cerca de vosotros, de Cádiz. Ojalá podamos abrazarnos pronto de verdad", deseó desde ese ahora que se convertirá en futuro en los disfrutados recuerdos de las noches de Concert Music Festival.
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